Alberto

El operario le sonrió y le agarro un puñado, que comenzó a masticar y señalo su sabor. Cuando el pecador observo los cambios característicos, lo llevo hacia su piso, intentando que no le follara allí mismo, pues iba casi desnudándole por el camino.

Lo llevo a su cuarto, donde le esperaban las cámaras preparadas para reflejar todo el proceso. Apenas había llegado vestido, así que enseguida se tumbo sobre la cama y se puso a cuatro patas.

-Méteme los dedos- le dijo- ábreme el culo.

El operario sonrió, diabólicamente, y comenzó con el proceso. Alberto se relajo en todo momento, incluso gimió cuando su amante le introdujo dos dedos juntos, pero el resultado no era el esperado.

-Demasiado sutil para un entrante de bienvenida- dijo en voz alta- se necesita algo mas contundente.

intento levantarse, pero los brazos fuertes del operario se lo impidieron

-Detente-dijo- Este plato ha acabado.

-Yo de aquí no me voy hasta que me corra, Y empezó a bajarse la cremallera