Al vecinito de enfrente

En el piso de enfrente de Alberto, vivía una familia con un hijo único al que llamaban Julián. Ese niño creció con el afecto de sus padres, tanto que eso lo infantilizo y, a pesar de sus 19 años, apenas salía de casa si no era a cumplir algún recado para sus amados progenitores.

Fue en ese momento en el que lo intercepto Alberto. Cuando decidió la idea de su postre, pensó en Julián. Ese chico dulce y tierno. Tan buen hijo. incapaz de hacer nada mal. Le pidió como vecino si le podía ayudar a a mover un mueble, y el siempre tan amable Julián acepto. Tras volver a colocar un sofá, que posteriormente había movido el propio Alberto, el chico no pudo rechazar el refresco que le ofreció el influencer.

La expresión del pelirrojo cambio, por lo que Alberto le acompaño con ternura a su habitación, donde le dejo las cosas claras.

-Hoy vas a perder la virginidad conmigo- afirmo con convicción Alberto- Va ser una experiencia que no olvidaras jamás, yo te ayudare a ello. Ahora, desnúdate y túmbate en la cama, ahora vuelvo.

Cuando volvió el influencer, Julián había obedecido y le esperaba con la polla tiesa y su joven y tierno cuerpo expectante. Alberto le acerco un bote de vaselina y un consolador.

-Primero voy a comerte el culo y luego, tu mismo te abrirás el ojete para mi.

El chico asintió, y de esa forma sucedió. Alberto empezó a desnudarse mientras veía las expresiones de placer de Julián mientras se metía la punta del consolador por el ano.

-Ahora, lubrícame la polla- ordeno el pecador.

El vecino se puso de rodillas y empezó con la mamada, que Alberto dirigió enseguida colocándole una mano sobre la cabeza, y guiándole en el ritmo.

Cuando el gourmet se canso de la mamada, tumbo de nuevo a Julián en la cama, y con ternura, pero con determinación, le metió toda su herramienta en el virginal agujero del vecinito, que se quedo sin habla de la impresión. Poco a poco, el culo del pelirrojo se acostumbro a la polla de Alberto, y Julián empezó a masturbarse mientras era penetrado.

Tras unos 15 minutos de penetración, Alberto supo que le llegaba el momento. Saco su polla del culo del vecino y se la coloco sobre el rostro, comenzando a eyacular. La visión del niño de papa lleno de su esperma fue sin duda el postre perfecto para su menú.