Al estudiante aplicado

Desde que se fijo en ese estudiante de primera fila, Toni-Rodolfo no pudo dejar de pensar en nada mas. Se le veía tan interesado en la materia. Tan responsable. Tan joven y a la vez tan maduro para su edad. Era todo lo que había buscado en Rodolfo cuando saltó a su cuerpo, pero sin ninguna de sus manías y sin necesidad de trabajar enseñando. ¡Su vida debía de ser suya!

-Sr Ferrándiz- dijo el pecador al acabar la clase-he de hablar con usted sobre su último examen.

-¿El del último cuatrimestre?-preguntó el muchacho, aterrado- ¡pero si saqué un 9,2!

-Exacto. Y creo que esa no es la nota adecuada. A lo mejor le puntué demasiado alto.

La cara del pobre chico palidece.

-No lo entiendo Profesor Fischer. Yo...

-Esta es mi dirección-le corta el pecador, dejándole un papel sobre el pupitre-venga esta tarde y repasamos el examen. Entonces entenderá de lo que hablo.

Toni-Rodolfo sabía que no el pobre estudiante no tardaría en acudir a su casa, aunque a todas luces pareciera un rollo sexual. Que, en realidad, lo era. Por eso, cuando el timbre de su casa sonó a principio de la tarde, el profesor ya sabía perfectamente quien era.

-Profesor. Llevo todo este tiempo pensando que es lo que podía haber sucedido. No quiero importunarle pero, ¿no será que ha habido un error o algo por el estilo?

-Entra y hablamos.

El tembloroso estudiante entró en la casa y, dándole la espalda, comenzó a andar por el pasillo. Fue en ese momento en que el pecador usó el laser en la espalda del chico. Después, al llegar al salón, el profesor se sentó en una silla, y con tranquilidad, se bajó los pantalones, mostrando su polla en reposo.

-Quiero que me pongas la polla dura-dijo Toni-Rodolfo, con la confianza que le daba saber que el joven estaba a su merced- Dame el placer que busco y te dejare la nota que mereces.

-¿Que debo hacer?- masculló, tembloroso el chico, mientras no podía parar de ver los genitales de su profesor.

-Desnúdate-exigió el pecador.

El estudiante obedeció, quitándose poco a poco las prendas de ropa para mostrar un cuerpo blanco y sin vello. Delgado y casi infantil.

-Ponme la polla dura-repitió el pecador.

El joven sabia lo que debía hacer. De rodillas, comenzó a comerle la polla a su profesor, primero dubitativo, pero cuando el rabo de Toni-Rodolfo comenzó a crecer de tamaño, el estudiantes cogió confianza y empezó a intentar meterse mas y mas centímetros de polla en la garganta, sin importar que le provocara arcadas.

-Sigue así Sr Ferrándiz-le susurraba el pecador- y mantendrás tu nota.

-¿Quiere que le suba la nota hasta el 10?-preguntó goloso Toni-Rodolfo.

El chico, sacándose la polla de la boca mientras restos de saliva y precum caían entre sus labios asintió con la cabeza.

-Vamos a la cama pues.

Sin esperar a ver si este le seguía, el pecador fue desnudo a su habitación. A los segundos apareció el estudiante, con la cabeza baja pero la polla bien dura y empalmada. Ya no hizo falta hablar mas. colocándolo boca arriba en la cama, Toni-Rodolfo agarró las piernas al muchacho y, escupiéndose en la polla, aproximó el glande a la entrada trasera del estudiante y le perforó sin piedad. El chico comenzó a gemir al instante, mientras su culo era desvirgado por su profesor y sentía como su falo expandía las paredes de su recto como jamás había pensado que podía hacerlo.

EL pecador estaba en el cielo. Follarse a ese chaval, blanco y lampiño, era lo mas cercano que había tenido a una mujer. EL hijo de su vecino también había sido similar, pero este estudiante tenia el rostro mas angelical, mas puro. Follarlo, desvirgarle el culo y ver sus labios gemir de placer se sentía casi como un sacrilegio. Pero Toni-Rodolfo quería mas. Cuando sintió que iba a correrse, el pecador sacó la polla del culo destruido de su estudiante, lo puso de rodillas y, con un dedo, le abrió la boca. Luego, se corrió sobre ella, mientras el antes puro muchacho sacaba la lengua y se deleitaba del espero manjar del esperma de su profesor. La trasferencia estaba realizada.

El pecador se dejó caer en la cama, mirando al techo. Había sido un polvo espectacular, y no lo sentía la parte solo de Toni, si no también la de Rodolfo. Por una vez, ambas consciencias decidieron que esto no acabaría hoy. Rodolfo volvería a hacerlo. Volvería a acostarse con sus alumnos. Solo pensar en ello hizo que su polla volviera a ponerse erecta.

-¿Quiere que le suba la nota para el siguiente examen?- le dijo pícaramente al joven, mientras le envolvía de nuevo con sus brazos para volver a follarle.