A su hermano Izan

¿Cuál seria de todos el menos peligroso? pensó Asier. Imaginarse en el agresivo de su padre encima suyo le causó pavor, igual que con su hermano Ibai, que superaba los dos metros. La única opción correcta era su hermano Izan, de tamaño similar al suyo.

-Que entre solo Izan. Solo él-dijo con voz temblorosa Asier.

La puerta se abrió, y sus familiares intentaron entrar todos a la vez, por suerte, Izan consiguió colarse, escapando del agarre furioso de su padre, y ayudando a su hermano a cerrar la puerta de nuevo.

Estaba desnudo y cubierto de sudor. Su polla estaba roja, de tanto masturbarse. Pero él quería mas se acerco a su hermano mientras él se alejaba hacia atrás hasta que cayo sobre la cama. En ese momento su hermano se corrió, vertiendo varias descargas de leche en el rostro de Asier.

Asier se quitó el esperma del rostro con la manga y, poco a poco, empezó a desvestirse.

-Espera-le dijo su hermano- Yo te ayudo.

Izan se acerco sensualmente al pecador. Con delicadeza le quito la camiseta y, acercando sus labios, comenzó a besarle. Al principio, Asier se quedo petrificado, dejando que la lengua de su hermano fuera quien llevara las riendas, pero poco a poco, sintiendo el calor de esta dentro de el, comenzó a moverla, a buscarla, a morder los labios jugosos de su hermano.

Izan no se había portado especialmente mal con Asier en su juventud. Lo que le daba de miedo de su hermano era su perfección. Demasiado guapo. Demasiado inteligente. Demasiado osado. Todas las mujeres le deseaban. Todos los hombres querían ser él. Y en ese momento, Asier se dejo llevar, bebiendo un poco del vino deseado.

Los labios de Asier pasaron de la boca de su hermano a su pecho, recorriendo cada uno de sus músculos. Tenia un cuerpo perfecto, un rostro precioso. ¿Cómo no temerle? casi era un Dios. Sin darse cuenta, Asier estaba ante la polla de su hermano, que palpitaba buscando el calor de su boca. El pecador no dudo, y se lanzo a besarla y lamerla con la devoción que le correspondía.

-¿Eres aun virgen?-le preguntó Izan, pero sin tono de burla.

Asier asintió con la cabeza.

-Túmbate en la cama. No te preocupes, he desvirgado a decenas de mujeres.

¿Cómo poder negarle algo? Asier se puso boca arriba en la cama y cerro los ojos. La penetración por parte de su hermano fue dura al principio, pero poco a poco, Asier se fue acostumbrando y notando ciertas sensaciones placenteras. No le penetró violentamente ni de manera agresiva. Sus movimientos de cadera eran firmes. Sin poder evitarlo, Asier comenzó a gemir con cada nuevo follada de Izan.

El sexo acabó en el momento que su hermano saco su polla de dentro para eyacular sobre el pecho de Asier mientras resoplaba. El pecador se quedo tumbado, con los ojos aun cerrados, analizando que había sucedido.

-Eres perfecto-le dijo de repente Izan, mientras acariciaba una de sus piernas- Tu cuerpo es increíble. Eres guapísimo Jamás me he sentido tan atraído por alguien. No se ni como debería tratarte ahora.

La última frase hizo abrir los ojos a Asier. Ante él estaba su hermano Izan que le miraba con... ¿reverencia?

-¿te .. te ha gustado?-pregunto con duda

Su hermano jamás haba dudado de nada. Siempre había conseguido lo que quería sin pensar en nadie ni en nada.

Asier recordó un día en que entró en su cuarto, consiguió sonsacarle de que estaba enamorado de su vecina, a lo que Izan contestó que ya lo sabia y le aseguró que se olvidara.

"La desvirgue hace una semana-le dijo-Esa chica esta por encima de ti. olvídala"

Estuvo una semana sin poder hablar con nadie.

Asier se levantó de la cama y se alejo de las caricias de su hermano. Este se puso de rodillas en el suelo, expectante. Ahora era él el que podía usar su cuerpo para conseguir lo que quisiera. Ahora su hermano debía temerle y adorarlo al mismo tiempo. Volvió a acercarse, hasta que su polla estuvo a unos centímetros del rostro de Izan. No hubo que decir nada mas. El atractivo hermano comenzó a mamar la polla, de manera inexperta, pues era la primera, pero con verdadera dedicación. Quería de verdad complacer a su amante.

Ver la devoción con que trataba Izan su polla hizo crecer en Asier una confianza en si mismo que nunca había tenido. Se tumbó de nuevo en la cama, pero esta vez, iba a ser otro culo el desvirgado.

-Eres perfecto- volvió a decir Izan, mientras se preparaba para ser empalado por su hermano. Se sentó lentamente sobre la polla, subiendo y bajando mientras Asier desvirgaba a ese casanova que todas las mujeres deseaban. Cuando el culo de Izan estuvo preparado, fue el mismo quien comenzó a cabalgar con ansia, casi violentamente, exprimiendo la polla de su hermano mientras su rabo, aun duro, se bamboleaba con cada bote.

Asier no tardó en correrse dentro del culo de su hermano. Izan parecía querer mas, así que volvieron a follar. Esta vez fue Asier quien llevo la iniciativa, colocándose encima de su hermano mientras le insertaba todo su rabo.

Gracias a la poción podía conseguir lo que quisiera. Todos los miembros de su familia parecían adorarle. Era el momento de que aprendieran quien iba ser el nuevo jefe de la manada.