A su amigo Luciano

Con los recuerdos de Samuel, el pecador sabia que la casa del padrastro de Luciano estaba cerca, y era un lugar perfecto para hacer el proceso de trasferencia, o lo que es lo mismo, hacerle tragar su esperma para poseer el cuerpo del latino.

Disimulando lo máximo que pudo, y aprovechando que era de día, Toni-Samuel pudo señalar a su amigo Luciano con el laser sin que nadie se percatara de la luz roja sobre su camiseta. La sonrisa abierta del joven se paralizó solo un segundo, interrumpiendo su carcajada mientras sus ojos se desviaron inmediatamente hacia Samuel. Su mirada era tan intensa mientras le daba una calada a su porro que el pecador comenzó a dudar de si había hecho mal.

-Creo que me voy a casa ya-dijo Toni-Samuel, huyendo del escrutinio de su amigo.

-Yo también me abro-comentó al momento Luciano.

Los dos muchachos caminaron en silencio por la calle, pasándose el cigarro de una mano a otra. Al llegar al portal de Luciano, Toni-Samuel se detuvo.

-¿Puedo subir a... contarte algo?

-Sube bro-dijo con pasotismo el latino, aunque una ligera sonrisilla apareció en la comisura de los labios.

Fue en el ascensor donde Luciano se lanzó sobre Toni-Samuel, cogiéndole del rostro con las dos manos y metiéndole la lengua por la boca. Poco pudo hacer el pecador, dado lo repentino y la fuerza con que este le trató. La lengua caliente del muchacho le dio una sensación... placentera al pecador, que nunca había tenido un beso tan apasionado y real.

-Tienes una cara de ángel-le dijo al separarse un momento Luciano, mientras se ****ía el labio-Siempre me has parecido guapo, ya sabes, en plan colegas, nada raro, pero hoy... hay algo que...-le dio un beso rápido- No puedo contenerme. No quiero contenerme. Quiero besarte. Quiero comerte la boca, lamerte el pecho, morderte los pezones. Quiero follarte. Quiero hacer todo eso contigo.

El ascensor llegó hasta el piso de la casa del padrastro de Luciano. Este se dirigió a la puerta como si no acabara de enrollarse con uno de sus amigos. Toni-Samuel le siguió titubeante. El pecador quería un sexo rápido. Lo mínimo para poder realizar la trasferencia, pero Luciano tenia labia y sex-appeal. Sabia manipular a la gente y Toni-Samuel, ahora mas Toni que nunca, no podía resistirse.

Los dos jóvenes entraron en el cuarto de Luciano, un enorme habitación luminosa, algo desordenada, donde lo primero que hizo el latino fue quitarse la camiseta, mostrando su cuerpo delgado pero lleno de tatuajes. Luego este se acercó al pecador, quitándole su camiseta y mostrando su cuerpo, aun mas delgado y blanco en contraposición del tostado de Luciano. El latino paso su mano por el pecho de Toni-Samuel mientras volvía a morderse el labio.

-Que rico-dijo.

Toni-Samuel por fin actuó por su cuenta, bajándole la cremallera y sacando un gran rabo moreno, duro y brillante de precum. El pecador sabia que esta vez, tendría que ser él el depositario del esperma del receptáculo, así que comenzó a hacerle una mamada. Con cada movimiento de cuello, cada lengüetazo, cada arcada, Luciano resoplaba, maldecía, alababa y gemía, envalentonando al pecador a seguir con la felación.

Según el aumento de los gemidos de Luciano, parecía que este ya estaba a punto de verter su leche dentro de la boca de Samuel, pero algo les interrumpió. La puerta del piso se abrió, y la voz juvenil de un muchacho de edad similar a la de los dos jóvenes sonó a través de la puerta cerrada del cuarto.

-Ya he llegado a casa.

El tono de voz era inconfundible. Era Alex, el hermanastro de Luciano, un chico pijo y repelente del que siempre bromeaban por ser un niño mimado y irritante. Toni-Samuel quiso detenerse, pero Luciano estaba tan cachondo que siguió follándose la boca del pecador, provocándole varias arcadas. El sonido pareció que alertó a Alex, que extrañado, abrió la puerta.

-¿Pero que..?- gritó de repente Alex, tapándose al momento la cara con las manos.

-¡Largo de mi cuarto!-le gritó Luciano, que seguía moviendo las caderas para sacar y meter la polla en la boca de Toni-Samuel.

-No puedes acostarte con un hombre en casa-le recrimino el niño pijo- Sabes lo que piensa papa de los homosexuales.

Una sonrisa maliciosa apareció de repente en el rostro angelical de Alex.

-Se lo contaré y por fin te expulsará de esta casa para siempre.

Esa amenaza fue el detonante para que Luciano sacara de la boca de Toni-Samuel la polla. Desnudo, y con la polla aun erecta, se abalanzó sobre su hermanastro, mientras discutían a pleno pulmón. El pecador veía como su oportunidad para saltar de cuerpo se iba. Al menos que...

La luz del laser señaló el pecho del niño pijo. Los gritos de Alex se perdieron poco a poco intensidad mientras desviaba la atención de la discusión con su hermanastro al cuerpo desnudo de Samuel.

-¡No vas a decir una puta mierda!-continuaba diciendo Luciano

-Esta bien- replicó Alex, de repente- No diré nada, pero me quedare viendo como falláis.

-Como si haces putas fotos- le replicó Luciano que, levantando el delgado cuerpo de Toni-Samuel y arrojándolo a la cama, comenzó a comerle el culo al muchacho. La lengua caliente del latino provocó casi al momento que el pecador comenzara a gemir. De verdad lo estaba disfrutando. Mientras, en la esquina del cuarto, Alex comenzó a desnudarse.

-Fállale el culo-le pidió el niño pijo.

Luciano gruño como respuesta, y poniéndose de pie, colocó la polla en la entrada trasera del Toni-Samuel y de un solo empujón, le metió hasta el fondo su polla. Toni-Samuel no paraba de gemir con cada embestida brutal que su amigo le daba.

-Como te gusta eh puta-le insultaba Alex, mientras le daba pequeñas bofetadas en la cara o le introducía el dedo en la boca para que él se lo chupara.

-Voy a correrme-avisó Luciano.

-Córrete dentro de él- pidió Alex

-Si-dijo Toni-Samuel- córrete dentro de mi.

Luciano comenzó casi a gritar, mientras el pecador sentía como su ano era rellenado por el esperma del latino. Lo había conseguido. Desfallecido, descansó en la cama, hasta que notó como otra polla entraba en su agujero. Era Alex, el jodido hermanastro de Luciano quería follarle el culo también a Toni-Samuel. Este reaccionó de inmediato ¿Qué pasaría con la trasferencia si otro esperma entraba en su cuerpo? El pecador no quería averiguarlo. Así que, apartándose de repente de la cama, se fue hacia la salida de la habitación.

-¿A donde vas?-preguntó suplicante Alex- Yo también quiero follar contigo.

-Pero yo no. Folla con tu hermanastro y déjame en paz.

Luciano, que todo ese rato había estado observando en silencio, se aproximó a Alex y, igual que había hecho con Toni-Samuel, hizo con el niño pijo. El pecador se quedó un rato viendo como el latino desvirgaba el año de Alex mientras este ****ía las sabanas para no reconocer que lo estaba disfrutando como una perra.

La verdad, reconoció mas adelante Toni-Samuel mientras bajaba por el ascensor, es que había disfrutado del polvo. Ese razonamiento pareció modificar algo en la mente del joven poseído. Algo le dijo al pecador que no seria el último polvo entre los dos amigos, aunque Toni abandonara el cuerpo de Samuel.