Si, vamos a verlo

“Yo estoy segura de que si funciona. Es más, estoy segura de que va a eyacular en muy poco tiempo ya que este tipo de hombres con el pito tan pequeño tienden a ser eyaculadores precoces, pero vamos a comprobarlo” – Dijo la profesora – “Juan, ¿puedes empezar a masturbarte?”.

Juan ya estaba tan avergonzado que ya le daba igual seguir o no. Lo que no sabía era si sería capaz de correrse con tanta gente mirando. Además, había algo raro. Juan notaba que se excitaba más cuando sus compañeros hacían comentarios despectivos contra su pequeño pito:

“Pobrecito, nunca a va a poder disfrutar del sexo con eso”, “se va a pasar la vida matándose a pajas”, “es como un cacahuete flácido y como un anacardo erecto” – eran algunos de los comentarios que oyó. De repente, Claudia dijo:

“¿Puedo ayudarte?”. Juan se calló y simplemente asintió mientras Claudia intentaba pajear su pequeño pene. Lo hacía con bastante torpeza y no acababa de coger el ritmo pero Juan estaba excitadísimo. ¡La chica más guapa de clase le estaba haciendo una paja!. Poco a poco, Claudia fue mejorando y a los pocos minutos Juan estaba a punto de eyacular.

“me- voy – a correr” – Dijo Juan excitado.

Claudia no sabía que hacer así que dejo de masturbar a Juan y se apartó. Sin embargo, Juan ya estaba preparado y lanzó una gran cantidad de semen hacia delante. Quien estaba en primera fila presenciando la humillación de Juan era Carlos que incluso se había agachado para verlo todo bien por lo que Juan eyaculó sobre la cara y la camisa de Carlos. Toda la clase se echó a reír, incluida la profesora. Algunos de los alumnos empezaron a corear a Juan: “pito chico, pito chico, pito chico”.

“¿Te has corrido encima de mi, cabrón? – Dijo Carlos entre enfadado y sorprendido.

Juan aún no había recuperado el aliento, pero el que habló fue Javi un amigo de Carlos:

“Poco me parece teniendo en cuenta que fuiste tú el que le puso en esa situación”.

“¿Así que fuiste tú el que habló y no Juan? – Dijo la profesora – “Ya tenemos voluntario para la próxima clase: estimulación anal”. Carlos se estremeció, sabía que su humillación iba a ser aún peor que la de Juan y lo peor es que ya no podía faltar más a clase. La verdad es que él se lo había buscado. Ahora lo primero era limpiarse el semen de Juan de la cara…después de haber probado un poco.

Por su parte, Juan se limpió como pudo con unos pañuelos de papel y empezó a vestirse. Sus compañeros le hacían comentarios de todo tipo, desde insultantes: “es lo más patético que he visto nunca”, “¿Qué se siente al no tener pito?” a comentarios de ánimo e incluso admiración: “Para tenerla tan chica, menuda cantidad de semen”, “Pito chico, eres un crack. Correrte en esa situación tiene mérito”.

Cuando estaba saliendo de clase, Claudia le llamó: “¿Sabes que toda la clase te va a llamar pito chico a partir de ahora?” – dijo sonriendo.

“No, no lo sabía, pero no me sorprende” - Contestó Juan cabizbajo.

“No te deprimas, a mi me gusta el mote y creo que tienes un pito muy bonito” – dijo Claudia

“Gracias” – sonrió Juan – “Ridículamente chiquito, pero al menos bonito”.

“A mi me gustaría verlo más. ¿Quieres que vayamos al cine el viernes y luego me la enseñas otra vez?” – Preguntó Claudia.

“Claro” – Dijo Juan entusiasmado.

“Es una cita” – Dijo Claudia guiñando el ojo.

Juan estaba feliz, había sido humillado como nunca, pero había descubierto que eso le excitaba y además se había vengado de Carlos eyaculándole en la cara. Pero lo mejor de todo es que ¡tenía una cita con Claudia!.