Si, Juan entra al vestuario de chicas

Finalmente, las chicas decidieron aceptar la proposición de Claudia y dejar que Juan entrase en el vestuario de chicas. Sabían que Claudia tenía alguna idea para divertirse a costa del pobre Juan.

Los otros 4 chicos se fueron corriendo a su vestuario antes de que las chicas tuvieran alguna otra idea. Para Rubén, Javi, Carlos e Iván la humillación había acabado por ese día. Pero tanto Rubén, como Javi y Carlos sabían que las chicas se iban a encargar de contar a todo el mundo lo pequeño que lo tenían y sus nuevos motes.

Juan entró con las chicas al vestuario.

“¿Puedo ir a coger mi ropa?! – preguntó Juan

“no, no, tu ropa es de chico y es obvio que no es el tipo de ropa más adecuado para ti, Juana” – dijo Claudia mientras señalaba hacia el pito encogido de Juan. Seguía siendo casi imposible de ver.

“Además tengo unas braguitas de sobra que te van a sentar muy bien” – dijo Claudia mientras buscaba en su mochila – “Toma, estas braguitas son para ti. Un regalo”.

Claudia le dio a Juan (ahora Juana) unas braguitas rosas con encajes. Eran tremendamente femeninas – “Póntelas, Juana, queremos ver cómo te quedan”.

Juan no se podía creer que tenía las braguitas de Claudia en la mano. Por un lado, estaba completamente humillado, pero por otro lado le empezaba a excitar el hecho de tener que ponerse las bragas de Claudia.

Juan se empezó a poner las bragas de Claudia, pero cuando las tenía puestas su pequeño pito empezó a despertar.

“Chicas, se le está parando” – dijo Ana

“Será que le gusta llevar braguitas” – dijo Selena

“O igual es que le gusta llevar las braguitas de Claudia” – dijo Cristina

Juan estaba completamente empalmado y aún así el bulto en las braguitas seguía siendo muy pequeño.

“¿Así que Juana quiere convertirse en Juan?” – dijo Claudia, agarrando el pito erecto de Juan – “Vamos a ver como es parado” – comentó Claudia mientras bajaba las braguitas de Juan.

El miembro de Juan estaba duro como una piedra, pero era muy pequeño, de unos 7 cms. Apuntaba recto hacia delante sin ningún tipo de curvatura y, debido a la fimosis de Juan, tenía la cabeza bajo la piel.

“¿Es un clítoris gigante o un micropene?” – Preguntó Claudia.

Juan no contestó.

“Juan, contesta, ¿Tienes un clítoris gigante o un micropene?” – insistió Claudia, ahora de forma más agresiva.

“tengo un micropene” – reconoció Juan – “soy un chico que tiene un micropene”.

“muy bien Juan, la sinceridad tiene un premio” – Dijo Claudia mientras empezó a masturbarle con dos dedos – “Te voy a dejar correrte delante de nosotras para que demuestres que eres un chico”.

Juan estaba excitadísimo, Claudia la chica que le gustaba, le estaba pajeando delante de otras 6 chicas. Por supuesto Juan no duró ni un minuto y estalló delante de todas.

Su eyaculación fue bastante potente y con gran cantidad de semen.

“Pequeñita pero al menos funciona” – dijo Claudia – “A lo mejor si es verdad que eres un chico. Vete a tu vestuario a vestirte y no vuelvas a meterte con una chica nunca”.

Juan se fue a su vestuario corriendo. Cuando llegó se dio cuenta de que aún llevaba las braguitas de Claudia. Ya se las devolvería al día siguiente.

Cuando salió de la piscina vio que tenía un mensaje de Claudia.

“Juan, me lo he pasado muy bien humillándote. Espero que tu también y que podamos repetirlo en privado. Te regalo mis braguitas con la condición de que te las pongas cuando nos veamos”.

Juan no se podía creer el mensaje. Claudia quería repetir eso en privado. Sabía que lo único que Claudia quería de él era meterse con su pequeño pito pero al menos eso le daba la oportunidad de estar con Claudia.