Melisa la hace entrar en la fuente

Melisa, con una chispa traviesa en sus ojos, miró la fuente burbujeante y sonrió. "Ahora, Laura, quiero que te sumerjas en la fuente. Quiero ver tu cuerpo mojado, brillando bajo el sol", dijo, su voz llena de anticipación.

Laura, sorprendida por la nueva petición, sintió una mezcla de indignación y resignación. "¿En serio, Melisa? ¿Quieres que me meta en la fuente?"

Melisa asintió, su sonrisa ahora más amplia. "Exactamente. Quiero ver cómo el agua corre por tu cuerpo, cómo reaccionas a la sensación. Será una experiencia liberadora, te lo prometo", dijo, su tono sugerente.

Laura, sintiendo que no tenía otra opción, se acercó a la fuente. El agua, fresca y burbujeante, invitaba a sumergirse, pero la idea de exponerse aún más la hacía sentir ****. Con un suspiro, se inclinó y se sumergió en el agua, sintiendo la fría caricia del líquido en su piel desnuda.

El agua envolvió su cuerpo, sus pechos flotando en la superficie, sus piernas temblorosas bajo la corriente. Melisa, con su teléfono en mano, capturó cada momento, la sorpresa y el placer en el rostro de Laura, la forma en que el agua resaltaba la suavidad de su piel.

"¡Perfecto, Laura! Ahora, muéstrame cómo te sientes. Juega con el agua, sé libre", ordenó Melisa, su voz llena de entusiasmo.

Laura, sintiendo la libertad del agua, comenzó a jugar, salpicando el agua con sus manos, sus risas mezclándose con el sonido de las burbujas. Melisa capturó su sonrisa, su cuerpo brillando bajo el sol, una imagen de libertad y exposición.