Chupar pies y ser penetrado

"Muy bien, ahora lamerás mis pies" dijo la profesora Suárez, sentando sobre el escritorio.

Juan rápidamente se arrodilló y empezó a chupar los pies de la profesora. Primero sus dedos, para luego lamer también el talón y la planta del pie izquierdo de la profesora. Luego, hizo lo mismo con el derecho, y así consecutivamente lo hizo con ambos pies. Así estuvieron durante 20 minutos.

Luego, la profesora le indicó que se acostase sobre el escritorio boca abajo. Mientras Juan lo hacía, ella se ponía algo en la cintura. Juan se dió vuelta un segundo y pudo observar que la profesora se había puesto un harnés y había colocado en la base del mismo un dildo de unos 17 cms. La profesora vió que Juan la miraba y le dijo: "¿Ves Juan? Esto es lo que las mujeres queremos en la vagina, no tu micropene. Ahora vas a experimentarlo...". Sabiendo que no podía escapar, Juan simplemente se dió vuelta, mientras la profesora lubricaba el dildo. A continuación, la profesora empezó a jugar con el ano de Juan, poniendo la punta del dildo en la entrada del mismo. Juan estaba muy nervioso. Finalmente, la profesora se pusó en posición, y en cuenstión de segundos, el dildo ya había penetrado totalmente a Juan, que largó una expresión de dolor.

"Así se siente un verdadero pene, Juan, no como tu pequeña cosita. Disfrutalo, porque yo lo haré"

Así, la profesora penetró a Juan durante 20 minutos, que tras la cuarte penetración, empezó a disfrutar de las mismas, por el contacto con su próstata. La profesora sabía esto, por lo cual empezó a masturbar a Juan, que disfrutaba de cómo la profesora masajeaba su pene y pelotas con sus manos experimentadas. Esto siguió al menos 20 minutos más, tras lo cual, Juan eyaculó en el piso. La profesora sacó el dildo de su ano, y le dijo:

"Ya puedes irté Juan, pero recuerda lo que pasó hoy. Si vuelves a desobedecerme o a intentar hacerme algo, las fotos de tu micropene y la penetración serán vistas por todas las chicas del colegio y usuarios de internet. ¡Que no se te olvide!" comentó la profesora.

Tras eso, sin vestirse, Juan agarró sus ropas y cubriendose el pene, escapó avergonzado del salón, mientras la profesora sonreía malevolamente. Dicen que esas fotos solo han sido vistas por la profesora, y que ella, cada vez que ve a Juan, poniendo el índice y el pulgar muy juntos, le recuerda a Juan que conoce su pequeño secreto, lo que lo ha convertido en uno de sus mejores y más disciplinados alumnos.