Calle Cervantes nº65, Puerta 9

En el domicilio de la calle cervantes habían pedido dos pizzas familiares. Al tocar el timbre, a Lucas le abre la puerta un chico joven, de un par de años menos que él.

-¿Eres el repartidor?-le pregunta, absurdamente, por que Lucas llevaba las dos pizzas en la mano- Espera mientras llamo a mi padre.

Sobre la mesita de la entrada hay una foto familiar, que casi actúa como escudo de armas.

Lucas aprovecha que se ha marchado el hijo para encender la consola. En la pantalla aparecen dos nombres. Un tal Ernesto y un tal Mario.

"Ernesto debe ser el padre-piensa Lucas- Es nombre de señor mayor. Y el padre es el que manejará el dinero, asi que es a él al que debo seducir"

Y aprieta el botón A para seleccionarlo.

Al momento llega el padre. Con una sonrisa en la cara y el móvil en la mano.

-A ver. Ayúdame con esto por que no se me da muy bien las tecnologías.

Lucas se acerca al maduro con aire sensual hasta ponerse a centímetros de su cuerpo.

-¿Quiere algún servicio extra y rápido? por una propina generosa, claro esta.

La sonrisa del hombre desaparece, molesto.

-¿Me estas pidiendo propina solo por ayudarme a pagarte?. Si cobrarais en metálico esto no seria necesario.

"espera- piensa Lucas- ¿Por que no esta funcionando?

Entonces descubre su error. Detrás del padre, asomado por la esquina del pasillo, el hijo de la familia mira absorto la escena con la polla fuera, pajeándose.

Ernesto es el hijo y Mario es el padre.

-No se preocupe- dice Lucas con hastió- Ahora entenderá lo de la propina.

Y volviendo a encender la consola, selecciona esta vez el nombre de Mario.

La expresión airada del padre desparece, y vuelve de nuevo la sonrisa, pero es claramente lujuriosa.

-¿Y ahora?- dice de nuevo Lucas- ¿Quiere un servicio extra?

-Yo si que quiero- dice el hijo, saliendo de su escondite- págale la propina.

-Me lo ha ofrecido a mi- le recrimina el padre, que se muerde el labio.

-Por un precio, puedo hacer servicio a los dos.

Los familiares se miran a la cara y asienten. después se lanzan al cuerpo de Lucas, que apenas puede recriminarles nada.

-Esperad, no hemos hablado de...

La boca es silenciada por la lengua del padre, que comienza a besarle. Lucas se queda paralizado por el calor del aliento del hombre. mientras, su hijo empieza a bajarle los pantalones y los calzoncillos, quedándose desnudo de cintura para abajo.

-Esperad...- vuelve a intentar decir, pero esta vez se interrumpe por una sensación nueva. Es la lengua de hijo, pero no esta en su boca sino en la entrada de su culo.

La lengua recorre todo el contorno del agujero y se introduce ligeramente dentro. Lucas se empalma. Su cuerpo juvenil reacciona ante la estimulación tan placentera. El padre comienza a pasar su lengua por los pezones del nini, y luego empieza a bajar, hacia su polla

-¡Esperad!- dice con vehemencia, consiguiendo separar a la hambrienta familia.

-Su culo es delicioso padre

-Yo también quiero probarlo.

-¡No!- recrimina Lucas.

-Mira- le responde el padre con tono autoritario- ¿Quieres la propina o no?

Lucas asiente, derrotado. mejor eso que otro pedido pedaleando.

-Vale. pero solo comerme el culo. Y solo tu.

El padre vuelve a sonreír y aparta a su hijo, dirigiéndose directamente al agujero de Lucas.

La técnica del padre es incluso mejor que la del hijo, y Lucas pronto empieza a sentir que va a correrse. Cuando le llega la leche, esta le baña todo el pecho mientras el padre introduce mucho mas la lengua dentro del repartidor.

-Ahora mi turno- dice el hijo.

-Yo aun quiero mas- afirma el padre.

Lucas, que ya quiere irse, se aleja poco a poco de los dos hombres mientras se viste.

-El servicio acaba aquí. Pagadme.

-Nosotros no hemos acabado- le recrimina el hijo.

-Bueno pues... no se. Follad entre vosotros y ya esta. A mi pagadme y dejadme en paz.

Los dos clientes se miran a la cara, sondeándose. Luego, el hijo coge el móvil, paga la tarifa del reparto mas la propina y se lanza a morrearse con su padre.

Tras vestirse, lo ultimo que ve Lucas es como el padre esta desvirgando el culo de su hijo, que casi desfallecido, grita en la cama.