Buscar un lugar mas privado

Después del extraño encuentro con Samantha y Noah, Sebastian se retiró a su habitación, pero su mente estaba llena de preguntas sin respuesta. Se preguntaba cómo había cambiado tanto Samantha de un día para otro: ¿cómo había pasado de desear una vida juntos a despreciarlo de esa manera? La forma en que ella lo había rechazado en ese momento lo dejó desconcertado y herido.

Mientras reflexionaba sobre estas cuestiones, su atención se desvió hacia el collar que Samantha llevaba puesto. Recordó lo peculiar que era y comenzó a preguntarse de dónde venía y qué significaba. La forma en que Samantha había reaccionado al tocarlo también le pareció extraña.

Decidido a obtener respuestas, Sebastian comenzó a indagar. Revolvió en los pergaminos de antiguas leyendas, consultó a los sabios y buscó en los rincones más oscuros de la biblioteca del castillo. Cada pista que descubría solo aumentaba su intriga y determinación por desentrañar la verdad detrás de ese misterioso artefacto.

Sin embargo, mientras buscaba pistas, una parte de él temía lo que podría descubrir. Sabía que si la respuesta era tan desconcertante como temía, podría cambiar todo lo que pensaba que sabía sobre Samantha y su relación. Aun así, la necesidad de conocer la verdad superaba cualquier otro sentimiento.

Después de investigar en los antiguos pergaminos y consultar a los sabios, Sebastian encontró referencias sobre la manipulación mental mediante objetos mágicos. Descubrió que uno de los métodos utilizados por los controladores para esclavizar a sus víctimas era a través de artículos como brazaletes, diademas, aretes y, por supuesto, anillos y collares imbuidos con poderes mágicos.

Al conectar los puntos, Sebastian comenzó a sospechar que Noah podría haber adquirido estos artefactos con el propósito de ejercer un control sobre Samantha. La idea lo inquietaba profundamente y lo llenaba de indignación. Se preguntaba qué motivos tenía Noah para someter a su propia hermana a tal influencia y por qué había cambiado su relación de una forma tan drástica.

Mientras continuaba sus investigaciones, una sensación de urgencia se apoderaba de él. Sentía que cada descubrimiento lo acercaba más a la verdad detrás de la transformación de Samantha y estaba decidido a desentrañar el misterio, aunque eso significara enfrentarse a su propio dolor y engaño.

Mientras Sebastian se sumergía en su búsqueda exhaustiva de respuestas, Noah y Samantha entran a la mansión, Noah aprovechó la oportunidad para darle una orden a su hermana. Con un susurro apenas audible pero lleno de autoridad, le indicó a Samantha que se dirigiera a su habitación esa noche, cuando todos estuvieran dormidos, para pasar un tiempo juntos y hacer "cositas".

Samantha, con una expresión de sumisión total y amor incondicional hacia su hermano, respondió con un suave "Sí, hermanito, lo que deseas", aceptando cumplir con la orden sin titubear. Su voz reflejaba su profunda entrega a Noah, mostrando su disposición a satisfacer cualquier deseo que él tuviera.

Con una sonrisa cálida y llena de complicidad, Samantha se despidió de Noah con un abrazo, sabiendo cómo su hermano, debido a su menor estatura, quedaba prácticamente envuelto en sus voluptuosos y lechosos pechos. Consciente del efecto que esto tenía en él, Samantha no pudo evitar sonreír ligeramente mientras le daba un beso rápido en los labios.

Con un tono sexy y juguetón, le susurró a Noah: "Nos vemos esta noche, hermanito", dejando claro que estaba ansiosa por el encuentro que tendrían más tarde. Su voz resonó con una promesa implícita de intimidad y complicidad entre ellos. Noah, por su parte, asintió con una sonrisa cómplice, anticipando con anticipación lo que les deparaba la noche.

Noah esperaba con impaciencia en su habitación, cada segundo se le antojaba una eternidad mientras aguardaba la llegada de su amada hermana y amante. El suave susurro de la puerta al abrirse lo alertó de que el momento había llegado. Al verla entrar, su corazón dio un vuelco ante la calidez de su sonrisa, que parecía iluminar toda la estancia. Samantha lucía un pijama de seda azul, su color favorito, lo cual no pasó desapercibido para Noah.

Con un gesto sutil, Noah le indicó a Samantha lo que deseaba, su voz resonando con una mezcla de deseo y control. "Muéstrame tus pechos", le ordenó, sabiendo que su hermana estaba completamente dedicada a satisfacer sus deseos.

Samantha respondió con una obediencia instantánea, su voz resonando con devoción. "Con gusto, hermanito. Vivo para complacerte", dijo con tono sumiso y entregado, mientras se acercaba a él y comenzaba a desabrochar los botones de su pijama. En un instante, sus pechos quedaron al descubierto, listos para satisfacer los deseos de Noah.

En medio de la habitación, Noah se apartó un poco para darle espacio a su hermana, quien con una expresión de gran emoción se lanzó hacia él. Mientras corría hacia Noah, Samantha irradiaba una energía contagiosa, sus pechos se balanceaban con cada paso, capturando la atención de Noah de manera inevitable.

Cuando Samantha llegó junto a él, fue como si el mundo se detuviera por un instante. Con una mezcla de pasión y locura, ella lo besó apasionadamente, expresando en ese gesto todo el amor y la agonía que había sentido durante su breve separación. Noah, le respondió con total seguridad que el también sintió lo mismo y procedió a besarla con igual fervor.

Entre sus labios se colaban sus suspiros y confesiones de amor, mientras se dejaban llevar por la intensidad del momento. Poco a poco, Noah descendió sus labios hacia los pechos de su hermana, sintiendo el suave tacto de su piel bajo sus labios, comenzó a chuparle los pezones como si fuera un bebe buscando leche y mientras lo hacía samantha hacia todo lo posible para no gemir. . tan alto para no despertar a los demás por lo que hacía leves gemidos le parecían muy lindos y que solo él podría ver y oír este tipo de expresiones y sonidos de su hermana.

Durante esta sesión de amor entre hermanos que consistía en el hermano menor de 18 años bebiendo del delicioso néctar de los pechos de su hermana de 25 años, samantha ama la sensación de tener a la persona más querida para ella disfrutar de sus pechos que anteriormente de causaban incomodidad lo único que lamentaba era que sus pechos no lactaran así podría sentirse como una madre amantando a su hijo, pero le daba esperanzas que en algún momento cuando ellos pudieran ser felices juntos sin ocultar su relación, ella terminaría embarazada de su hermano y esta le daría de su leche tanto a su hermano como a su hijo.

Así estuvo un buen rato hasta que Noah le ordeno que se diera la vuelta y expusiera su túnel de amor, Después de sesión de besos y pasión entre Samantha y Noah, ambos se encuentran acostados en la cama, abrazados y sintiendo el eco de sus emociones compartidas. . El ambiente está impregnado de con el olor de los jugos de amor de la vagina de Samantha, y deciden buscar una posición más cómoda para coger juntos. Noah, que está detrás de Samantha y mete su pene en la jugosa vagina de su hermana haciéndola sentir el mayor placer que había sentido, haciendo más difícil para ella contener más sus gemidos, dejando muy por detrás la primera vez que tuvo relaciones sexuales con Sebastian , Noah la abraza suavemente desde atrás, rodeando su cintura con un brazo mientras que con el otro acaricia con intensidad sus pechos y sus pezones. Samantha se sintió excitada y amada en los brazos de su hermano.

La posición de la cucharita les permite disfrutar de la cercanía física mientras comparten la calidez de su amor fraternal y la intensidad de sus emociones. Disfrutando de los sonidos que vienen de ambos. Con cada respiración, se sienten más unidos, sabiendo que tienen el uno al otro en ese momento de tranquilidad y conexión profunda. Cuando Noah saca su puede de la hinchada vagina de su hermana se quedan descansando un rato hasta que después de un momento de placer mutuo y satisfacción compartida, Noah se da cuenta de que es hora de poner fin a la situación para evitar cualquier problema futuro. Con voz suave pero firme, le ordena a Samantha que se vaya, grabándole que deben mantener su relación en secreto y evitar levantar sospechas.

Samantha como el juguete, obediente y sumiso, se levanta de la cama y comienza a vestirse en silencio, sin protestar ni cuestionar la orden de su hermano. Aunque una parte de ella quisiera quedarse, sabe que debe hacer lo que Noah le ordena, como lo ha hecho tantas veces antes.

Una vez que está completamente vestida, Samantha se despide Noah con una mirada llena de complicidad y un beso rápido en los labios. Con pasos ligeros y silenciosos, se aleja de la habitación, dejando a Noah solo pero satisfecho.

Noah observa cómo Samantha se aleja con una mezcla de emociones: gratitud por su obediencia, pero también un dejo de tristeza al verla partir. Sin embargo, sabe que es lo mejor para ambos y se resigna a dormir, dejando que el cansancio y la satisfacción lo envuelvan en un profundo sueño.

Noah se despertó en la mañana del martes con la mente llena de pensamientos y planes. Recordaba la intensa noche que había compartido con Samantha, cómo juntos habían explorado los límites de su sexualidad. Aunque había sido glorioso, ahora se daba cuenta de que necesitaban un lugar más privado para continuar sus encuentros.

Mientras se vestía, Noah reflexionaba sobre las posibilidades. Sabía que el lunes, cuando fuera luna llena, podría realizar un ritual que consistía en coger a la luz de la luna elevar los niveles de exitacion de su hermana y por ultimo lo que mas esperaba es correrse dentro de su hermana algo que hasta ahora no había hecho y que hará hasta la luna llena ya que como me menciono el mercader, si embarazas a una mujer esclavizada en luna llena las ordenes que hayas impuesto en tu esclavo se volverán permanentes algo que a Noah no puede esperar embarazar a su hermana y que esta tenga a su hijo nacido del incesto para asegurarse de que las órdenes que había dado a Samantha quedaran grabadas en su mente de forma permanente. Eso le daría aún más control sobre ella, convirtiéndola en suya por completo.

Pero también pensaba en la necesidad de encontrar un lugar más discreto para sus encuentros. Una posada sería perfecta: un refugio donde podrían entregarse el uno al otro sin preocupaciones ni distracciones. Además, podrían comprar algunas cosas necesarias para sus momentos juntos, asegurándose de que todo estuviera preparado para cuando estuvieran en las posadas.

Con determinación en su mirada, Noah salió de su habitación, listo para comenzar el día y hacer realidad sus planes. La idea de tener a Samantha completamente a su disposición lo llenaba de excitación y anticipación, y estaba decidido a hacer todo lo necesario para asegurarse de que fuera así.