Bebidas

Filosofía del servicio de bebidas:

El menú de bebidas del Bar de Erika tiene un doble propósito:

• Emborrachar a los clientes lo suficiente para reducir sus inhibiciones y aumentar el flujo urinario, vital para los servicios detallados en capítulos posteriores.
• Ofrecer interacciones con Erika donde su cuerpo es canal, recipiente o decorado funcional de las bebidas mismas.

Menú alcohólico base

Se ofrece una variedad de bebidas enfocadas en generar rápida acumulación de orina y un estado mental propenso a la desinhibición:

• Cerveza clara y oscura (cuartitos, latas, caguamas)
• Ron blanco y oscuro
• Tequila
• Vodka
• Mezcal
• Pulque (en noches temáticas)
• Licores dulces y frutales
• Shooters con nombres temáticos relacionados con Erika ("Sumisión de mango", "Chorrito vaginal", "Fondo Rosa")

Nota:

Si un cliente decide beber una botella de 2 litros de agua natural, el costo completo se carga a la cuenta de Erika. Se permite una botella por cliente por noche, incentivando la producción de orina.

Invitación de bebidas a Erika

Como sucede con cualquier otra puta, los clientes pueden invitarle bebidas a Erika. Las opciones comunes son:

• Cuartitos (250 ml)
• Caguamas (940 ml)
• Botellas completas, en caso de apuestas o noches especiales

Presentación y consumo:

Erika debe beber frente al cliente, nunca fuera de la vista.

La posición estándar es en cuatro patas sobre la mesa del cliente, expuesta, sumisa, útil.

Consumo anal (atracción principal)

Una de las experiencias más solicitadas por los clientes es el consumo anal de cerveza por parte de Erika. Este proceso es supervisado visualmente por los presentes y forma parte del ritual y atracción central del bar.

Procedimiento:

Erika se posiciona en el centro de la mesa, a cuatro patas, se lubrica el ano cuidadosamente, la parte exterior y la interior conforme se introduce los dedos, los clientes recurrentes suelen ser partícipes de este paso, llegando Erika a tener hasta 6 dedos simultáneamente lubricándole el ano.

Erika procede a lubricar la botella, y destaparla, luego, inclinando lo más posible su cabeza, introduce la parte superior de la botella en su ano para que el líquido (generalmente cerveza) sea introducido lentamente, mientras los clientes se agrupan alrededor.

Erika deberá retener el líquido durante el tiempo que el cliente indique (máximo 180 segundos por porción), y luego decidirá entre tres modalidades de expulsión:

Privada: Se le solicita a Erika retirarse al área de servicio para evacuar fuera de la vista. Pocas veces solicitada.

Fuente: Erika expulsa el líquido con fuerza desde la mesa, dirigiendo el chorro según la orden del cliente. El espectáculo busca salpicar sin mojar directamente a los presentes, aunque esto no siempre se evita.

Servicio en copa: Erika se coloca sobre una charola elevada y expulsa lentamente la bebida en copas dispuestas debajo, que luego son ofrecidas a los clientes más atrevidos o recurrentes.

Nota sanitaria:

El consumo de estos líquidos es completamente voluntario por parte de los clientes. El bar provee etiquetas en las copas que informan sobre el tipo de expulsión (nivel de exposición, duración de retención, temperatura).

Situaciones especiales y castigos líquidos

Si Erika derrama accidentalmente alguna bebida en la mesa o sobre un cliente, deberá lamerla completamente sin usar servilletas.

Clientes pueden solicitar castigos líquidos: hacer que Erika retenga cerveza carbonatada durante varios minutos sin liberar gases. La incomodidad y los sonidos internos resultantes forman parte del espectáculo.

Efectos en la operación

Este sistema incentiva la venta de bebidas alcohólicas, genera una rotación continua de orina para usos posteriores, y posiciona a Erika como un sistema de circuito cerrado de fluidos, donde ingestión, contención y expulsión son parte de su degradación funcional.

Efectos progresivos del consumo en Erika

Desde la primera bebida ingerida, Erika comienza a mostrar signos evidentes de desinhibición. Este cambio progresivo forma parte del atractivo del bar: los clientes pueden presenciar en tiempo real la transformación de Erika, de recurso útil pero contenido, a objeto completamente entregado, vulgar y carente de pudor.

A medida que acumula consumo alcohólico —especialmente si ha sido invitada por múltiples clientes— su comportamiento incluye, entre otros:

• Lamer el piso frente a las mesas, como forma espontánea de agradecimiento o provocación.
• Sentarse sin autorización en las piernas de los clientes, usando el cuerpo como objeto de decoración, calor o masaje.
• Montar los falos de las sillas, con movimientos cada vez más obscenos, sin esperar instrucción directa.
• Abrirse el ano con ambas manos, ya sea para los clientes sentados o para los transeúntes que observan desde las ventanas.
• Caminar o servir con dildos progresivamente más grandes insertados en el ano, como prueba de resistencia y obediencia.
  -- Los tamaños están numerados y visibles desde la base, como parte del uniforme.
  -- Algunos clientes registran el tamaño más grande que Erika logra portar en una noche como “récord personal”, anotado en una pizarra oculta visible solo desde el interior.

Este estado progresivo es altamente deseado, y muchos clientes compiten entre sí para acelerar la embriaguez de Erika con rondas cruzadas, o realizando juegos de retos degradantes a cambio de tragos.

Importante:

Este comportamiento no representa un “desequilibrio”, sino un objetivo operativo previsto por la administración. Erika no solo tolera este descenso de control: lo busca. Su derrumbe paulatino es, en sí mismo, un servicio.

Erika no bebe solo por gusto. Erika es bebida.