Avenida de las cortes Nº145, puerta 17B

El pedido de Avenida de las cortes es una bandeja de sushi gourmet. Lucas sale del ascensor y al tocar el timbre del domicilio, le abre un hombre que supera por poco la treintena, alto y grande, y con una densa barba negra.

-Ya has recibido el pago- dice sin mirar ni a la cara al repartidor.

-Espera- le interrumpe Lucas, mientras saca de su bolsillo la consola y selecciona el nombre del cliente- a lo mejor tengo otra cosa para ti.

Al darle al botón A de la consola, la atención del hipster pasa inmediatamente de su móvil a Lucas.

-¿Algo para mi?

-Si. Por una propina generosa puedo hacerte algún servicio extra.

El hipster mira lascivamente a Lucas. Luego le hace un gesto para que entre con él, y el chico le sigue. Le lleva a su cuarto, y antes de que el pecador pueda ofrecerle el servicio, el cliente se levanta la camiseta, mostrando unos pectorales fuertes y muy peludos.

-¿Te gusta lo que ves?- pregunta, sensual- Has visto que abdominales.

-Si...- dice sorprendido el chico.

-Tócame el pecho.

Lucas obedece, y tumbado en la cama al lado del fuerte hipster comienza a acariciar el velludo pecho, pasando de un pectoral a otro. Deslizando sus dedos entre los pelos gruesos del hombre.

-Te pongo mucho. ¿a que si?- le pregunta insistentemente el hombre.

-Si... claro- finge nervioso Lucas, que no sabe exactamente que es lo que quiere el hipster.

El hombre se levanta de la cama, y poniéndose casi sobre Lucas, se baja los calzoncillos y comienza a tocarse.

-Di que te pongo. Dímelo.

-Me pones mucho.

-Entonces, ¿Cómo es que no estas pajeándote?

Lucas, que ya va pillando el rollo del hipster, se saca la polla y empieza a agitársela para ponerla dura.

-Así- dice el hombre, que no para de hablar- mira como la tienes ya de dura. Como una roca. Joder estas tan cachondo por mi.

El hombre comienza a pajearse como un loco con una mano mientras con la otra se acaricia el pecho. Lucas sigue masturbándose, viendo asustado los movimientos de placer del cliente encima suya.

Sin aviso, mas que un rugido de placer como de un vikingo, el hipster comienza a correrse, y su leche cae sobre el pecho y la cara de Lucas, que no puede hacer nada para apartarse.

-Joder si. Córrete para mi. Disfruta de mi cuerpo

Lucas empieza a masturbarse mas rápido y pronto se corre sobre el, mezclando su propio esperma con el del cliente.

-Bueno- le dice mientras se viste- y la propina.

-¿Propina?- le responde el cliente, algo molesto- pero si te has hecho una paja tocándome. Casi deberías pagarme tu a mi.

Lucas vuelve a casa enfadado, sin ganas de pedalear mas y sin dinero extra. ¡Puto hipster!