Seduciendo

Si se pudiera tener el mágico poder de ver a la perfección el interior de la mente Samantha Silva, con mucha facilidad se haría un libro.

Para hacerlo más sencillo de explicar era como una majestuoso castillo brillante y ostentoso, cada puerta que había allí representaba una parte de su personalidad.

Pero de forma abrupta y sin poder hacer nada por evitarlo una neblina negra se fue esparciendo a un ritmo alarmante contaminando cualquier cosa que tocase corrompiendo cada pasillo y cada habitación que llegaba, deformando el castillo en algo más perverso.

Claro está que esa oscura neblina no podía ser otra cosa que las Feromonas Adonyx de Ted Tomsom que se apoderaba de su cerebro. Todo eso pasaba con tanta rapidez que ni la propia Sam podía percibir con certeza los cambios...y éso nos lleva a la escena a continuación.

Ya que en el mundo real la supuestamente recta y disciplinada Presidenta del concejo estaba en su momento más bajo posible. Está se había levantado, con infinita sensualidad caminó alrededor de la habitación y se golpe se pegó a la grasosa espalda del único espectador allí.

“ hmmm.... Sindy y Tammy son sólo niñas...grrr...si pueden servir para pasar el rato pero.....ahh...no serán capaces de sacar tú verdadero potencial....ahh...ahhh....ambas no son capaces de llegarme a los talones ” ronroneó Sam inhalando con gran fuerza el sudor del gordo.

Ella restregaba sus voluminosos pechos por la espalda de Ted, moviendolos de arriba a abajo con una asombrosa paciencia como sin tuviera todo el tiempo del mundo. De alguna manera pudo aplacar sus terribles ansias para darle importancia a encender y convencer a su macho.

“ ésas niñas....mmmh...siiii.... ésas niñas las e dominado por años....grrrr...son torpes.... infantiles....ahhh...ahhh...y sobre todo unas simples novatas ”

Mientras continuaba menospreciado a las chicas que antes amaba Sam empezó a soltar largas lamidas por el hombro de Ted saboreando aún más la exquisita esencia que ahora gobernaba su mente.

“ ahh..grr ” jadeó Ted desprevenido.

Ése sonido junto al leve temblor en su ancho cuerpo eran las señales que ansiaba con locura la joven, aunque el obeso no había dicho nada, pero con ése gesto le estaba diciendo con total claridad a Sam que iba por buen camino.

Nunca antes había coqueteando con un chico ni siquiera se imaginó hacerlo alguna vez los aborrecía por completo en especial a Ted. Pero todo eso quedó en el olvido total, su mayor preocupación en ése instante era calentar lo más que podía a esa enorme fuente de ése espléndido aroma.

Simplemente dejó que sus ésa voraz lujuria dentro de ella decidiera por ella, que todo esos instintos primitivos que había negando por años tomarán el control de sus acciones, después de todo para eso había sido esculpido su sexy cuerpo.....para excitar su macho ideal.

“....mmh... Ted....ahh...ahh... mí gordo Ted se lo que estás pensando..... que durante mucho tiempo e sido una perra muy mala contigo...oohh...OHHH...te e insultado..... ofendido...mmm....menospreciado.....por eso no te merezco ” susurró la Presidenta dejando que sus palabras se mezclaran con sus lamidas.

El obeso giró se rostro denotando lo mucho que lo afectaba el tratamiento de Sam, se ****ía los labios tratando de ahogar sus gemidos resoplando con fuerza en su lugar.

“ y...y que vas a hacer para cambiarlo ” dijo el con bastante dificultad.

Sam le respondió abrazándolo con una gran presión clavando un poco sus uñas en extensa piel del joven.

“ en el fondo lo sabes muy muy bien Ted....ahhh....que delicia...ahhh... tú oscuro corazón lo anhela con locura.....OHHH....¡ Castigame ! Venganza es lo que necesitas....mmmh...hazme sufría enséñale a mi cuerpo y mí alma quien manda..ayyy... imagínate todas esas cosas malas que te hice y úsalo como motivación para avivar tú deseo ” dijo jadeando Sam.

Los ojos del gordo se abrieron por completo y su boca hizo una gran O, no podía ocultar su incredulidad. Es que unos días atrás una situación así sería impensable tanto para el como para la joven.

Y es que la Samantha Silva de hacer 24 horas no reconocería a su yo de ahora, se hubiera asqueado de lujuriosa criatura en la que se estaba transformando pero éso tampoco importaba hoy.

La presidenta tenía la obligación de terminar por convencer a su hombre, debía disipar cualquier duda que aún albergaba su mente. Rápidamente lo rodeó quedado delante de el, se inclinó y hecho hacia atrás lo más posible presionando sus culo contra ésa barra de carne que esperaba obtener.

“ vamos maldito gordo pervertido....¡ NO LO PIENSES MÁS SÓLO HAZLO ! ”