Pedir la llave de repuesto a su casera

Alex lo meditó mucho. Consideró sus opciones, y se dió cuenta de que si rompía una de las ventanas, el ruido atraería a los vecinos, y lo último que deseaba era llamar la atención. No en su estado actual de desnudez. Así que ya sabía lo que tenía que hacer: pedir las llaves de repuesto a su casera.

Avergonzado al imaginarse corriendo por las cinco cuadras que separaban su casa de la de su casera, Alex cubrió sus genitales con sus manos y salió corriendo hacia la casa de su casera. Durante el camino, en su mente se generaron diferentes imágenes: la primera, él siendo atrapado por una policía mujer, pero en vez de ser arrestado, era esposado y la policía jugueteaba con su viril miembro. En la segunda imagen, él era descubierto, desnudo, por un grupo de colegialas. Las chicas se reían de él y su situación, pero lo peor venía cuando lo obligaban a mostrarles su pene. Al verlo, las colegialas rompían en carcajadas, y hacían comentarios que enfatizaban y ridiculizaban a Alex por el tamaño de su miembro. Esa imagen ciertamente excitaba a Alex: ver a mujeres burlándose del tamaño de su pene. Aunque Alex creía que su pene era de tamaño promedio, lo cierto era que nunca se lo había medido. Pero Laura, la chica con la que había tenido sexo, nunca le había hecho ningún comentario al respecto.

Finalmente, Alex estaba a una cuadra de la casa de su casera. "Al fin" pensó Alex, pero justo cuando estaba festejando, vió como en la esquina de enfrente, una rubia despampanante venía en su dirección, y si seguía caminando en la misma dirección, seguramente lo vería así como estaba, desnudo. Alex se puso nervioso, considerando que opciones tenía: no estaba tan lejos de la casa de la casera, podría correr hasta allí, y la casera tenía un par de arbustos frondosos en los cuales esconderse. Pero no sabía si era tan rápido para alcanzar los arbustos antes de ser visto. Debía considerar otras opciones. Y entonces miró hacia un costado, y vió una solución: un pasillo por el cual él podía esconderse de la rubia. Sabía que a través de ese pasillo, podía llegar a la puerta trasera de la casa de su casera, lo que también lo ayudaría a evitar que alguien lo viese desnudo. Sin embargo, este pasillo era compartido con una pequeña pensión, donde los inquilinos estaban en constante movimiento, por lo que no sabía si el pasillo estaría libre o no, y justamente no deseaba ser descubierto desnudo por un extraño.

Alex no sabía que hacer, pero el tiempo pasaba, y si no tomaba ya una decisión, la rubia lo atraparía desnudo...