Lo besa

Jonas apenas pudo reaccionar cuando de repente sintió los labios de Enric tocando los suyos, literalmente se paralizo en el momento, no sabía que hacer, pero el tacto hipnótico del beso lo fue guiando poco a poco, por un segundo olvido su vergüenza y su desnudes, coloco sus manos en la nuca del joven de 18 años de risos cafés, cuerpo delgado y piel tersa que conocía desde que eran niños.
Y uno tras otro se iban dando más besos, cada vez mucho más salvajes y apasionados que el anterior; ambos podían sentir la calentura controlar sus pensamientos.

Después de algunos minutos por fin se separaron, ambos chicos estaban erectos y muy excitados, Enric miro detenidamente a su amigo, sus ojos observaron cada pulgada de su cuerpo y en cuanto llego a su polla no pudo evitar sonreír, volteo a verlo con un poco de lujuria y decidió...