La maldición de Adán

Puede que alguna vez leyendo la biblia hayas escuchado que Eva fue la que pecó al consumir el fruto prohibido y que a partir de ahí ambos, o sea Adán y Eva fueron desterraros del paraíso para toda la eternidad.

Pues déjame decirte que esta historia es bastante diferente, antes que nada la persona que realmente comió el fruto prohibido fue Adán; mientras Eva se encontraba paseando entre la naturaleza Adán estaba tendido bajo un árbol, completamente desnudo como se acostumbraba estar, cuando de repente apareció una enorme y vistosa serpiente que le incito a probar del fruto del árbol en el que se encontraba, él al principio se negó, pero serpiente era muy persuasiva y en tan solo unos minutos había alrededor del chico los restos de la fruta prohibida y casi al instante de haberlas probado su miembro se lleno de sangre, nunca antes había sentido tanta excitación ni mucho menos tenido una erección.

Un deseo sobrenatural de masajear su miembro de repente surgió, deslizo sus dedos a través de sus bolas y cubriendo su falo comenzó sin saberlo a masturbarse, cada caricia le hacía sentir un placer inimaginable, nunca antes pensó que pudiera sentir algo así.

Estando a nada de acabar el creador apareció, indignado y terriblemente molesto le obligo a detenerse, no solo acababa de probar el fruto prohibido, sino que estuvo a punto de tirar la semilla de la vida y desperdiciarla por haber caído en el pecado de la lujuria; estuvo a punto de eliminarlo de la creación de todo, pero antes de que él chasqueara los dedos Eva intervino.

Le suplico de rodillas que no lo hiciera, que fuera castigado de una manera menos severa; el creador vio correr de los ojos de Eva las lagrimas de suplica y se paro un momento a pensar, después de unos segundos dio su respuesta.

Decidió ser indulgente, pero no perdonaría tal ofensa sin ningún castigo, giro los dedos y de un rosal hizo una correa de espinas, la cual fue colocada en la base del pene y bolas de Adán, y cuyo mango estaba libre de espinas o cualquier imperfección, el cual fue entregado a las manos de Eva; y eso no fue lo peor, como recordatorio de su pecado Adán fue castigado de llevar consigo siempre esa correa y permanecer todo el tiempo erecto, lujurioso por liberación e incapaz por su propia mano de disfrutar de un orgasmo, desde ese momento estaría a los pies de Eva, sería su esclavo y permanecería así todos los días de su vida.

Así se supone que fue la historia, aunque realmente no hay nadie capaz de decir si es verdad o no, lo que si es verdad es que desde que la humanidad existe el hombre siempre a estado desnudo, nunca a existido ropa para ellos, viven toda su vida erectos, deseosos de placer, y no conocen otro sentimiento que no sea a excitación, las chicas son dueñas de ellos, disfrutan de tocar sus cuerpos y sentir sus bolas por diversión.

Así es la vida, así es este mundo, y ahora te pregunto lector, ¿los chicos en tu mundo están desnudos?, y si no es así, ¿qué estas esperando?