Ingo

Al día siguiente Anju se despertó temprano con algo de humedad en su entrepierna, esta sonrió al tiempo que llevaba una de sus manos a su entrepierna, comenzando a frotar su clítoris y recordando lo acontecido.

—Joder Dampe si que es feo… pero joder tiene una enorme verga y ha sido bueno conmigo, aunque algo rudo— comento Anju para sí misma, a la vez que mantenía las caricias en su entrepierna, pasado un rato aquellas caricias pasaron a ser metidas de dedos en su interior, aquel mete y saca comenzó a ser sonoro al igual que los gemidos de Anju la cual comenzaba a correrse sobre las sábanas, dejando en estas una enorme mancha de humedad.

—Diablos— se dijo a si misma al ver aquel desorden en su cama, sonrió de manera traviesa mientras ****ía ligeramente su labio inferior, seguidamente tomo una ducha y fue directo hasta su corral, pero para su sorpresa se encontró con un individuo.

—Hola tu debes de ser Anju, mi nombre es Ingo, vengo de parte de Talón el dueño del rancho Lon Lon— tras aquellas palabras Ingo alzo la mano para saludarle.

—Un placer Ingo, que puedo hacer por ti— comento Anju al tiempo que estrechaba su mano.

—Talón me envió con algunos productos del rancho, también a comprar unos cuantos cucos—

—Eso suena muy bien, ¿qué productos tienes para mí? — Anju sonrió y miro la carreta con atención.

—Tengo algo de leche y también algunos derivados de ella ¿qué dices, te interesa algo? —

—Claro me vendría bien algo de leche— sonrió recordando que la leche de ese rancho era la preferida de Dampe.

—¿Qué te parece si te cambio ese tarro de leche por 1 de tus cucos y te compro 2 más?

—Tenemos un trato— Anju sonrió y tras aquel negocio se despidió de Ingo y prosiguió con su trabajo.