Garganta Materna

¡WOW de verdad, mi hijo se hizo grande!

La exclamación de su madre lo hizo acomodarse para ver mejor y lo que vio si que lo impresionó. No suficiente con las sorpresas que ha tenido durante el día ahora observa una polla erecta considerablemente gruesa y grande.

No tenía ni idea de donde había salido semejante verga, si hasta ayer su miembro era un tamaño bastante modesto y sin nada especial. La única explicación lógica (si algo aquí es lógico) es que se trate de otro de sus nuevos cambios.

A pesar de sus palabras iniciales el rostro de su madre no reflejaba tanto asombro como la de él, es más podía jurar que lo estaba esperando.

“ ay mí amor, no sabes lo orgullosa que me hace ver lo enorme que te has puesto...hmmm...enorme y jugosa ” dijo Giselle sin quitar sus ojos de semejante barra de carne.

Max fue tomando por sorpresa cuando su madre comenzó a restaurar su rostro por la verga del joven oliendo con mucha fascinación y deseo. Toda la escena era muy surrealista, a pesar de su locura excitación no podía evitar sentirse incómodo.

Éso su madre captó a la perfección y dejó lo que hacía para hablarle cálidamente a su hijo.

“ oh cariño cálmate tú crecimiento en natural en tú especie... tú padre me contó los Incubos adquirien una enorme polla idea para cualquier chica en resumen ahora tienes la herramienta perfecta para tú nueva vida ” explicó como si estuvieran hablando de cocina.

Luego su regreso atención a la barra de carne de Max, en ése instante el esquelético joven adivinó lo que se proponía su progenitora. Y aún así no pudo evitar soltar un infantil quejido cuando la larga lengua de Giselle empezó a lamer la verga.

“OOOOHH...¡ MADRE ! ” Alcanzó a gritar Max.

“ relajante mí amor...mami se encargará de tú dulce pene ” dijo ella casi como un arrullo materno.

Así fue como dió inicio a la primera mamada de Maxwell Miller cortesía de la mujer que lo trajo al mundo. El miembro del feo chico era usado como un chupete, teniendo una lengua húmeda viajando por cada rincón de su intimidado.

“ahh..ooh valla... valla...grrr...ahhh”

Para una virgen adolescente esa situación le estaba volando la cabeza, ninguna de sus charlas previas sobre el sexo la habían preparado para la montaña de placer que lo estaba aplastando.

“ ooooohh.... joder....ahhh...joder Mamáaaaaaaa...ahhh ”

Al bajar la vista se encontró con los grandes ojos de Giselle, ella lo observaba con una pasión arrolladora atenta a cada reacción de su único hijo. No se parecía en nada a la madre que conocía, la imagen que presenciaba era de una vulgar zorra dispuesta a todo con tal de tener una polla.

La sonrisa pervertida de su madre dejaba ver lo mucho que se divertía con las reacciones de Max, tenía una expresión traviesa de alguien que sabe que su trabajo va por buen camino.

“ mmm... mí niño le gusta esto ¿ Verdad ? ” dijo ella con voz sensual.

El hijo no respondió estaba más pendiente en placer de su entrepierna, pero su agitada respiración y rostro sudoroso hablaban por el.

“ si, mí niño en serio le gusta ésto...y que tal ésto otro ”

“ q.. que vas a...aaaaaaaay ”

Allí el joven feo fue testigo de como su alargada polla poco a poco iba desapareciendo engullida por la boca de Giselle. Lento pero con determinación se estaba tragando semejante verga hasta que casi toda ella estuvo dentro, apenas quedaron unos centímetros de la base.

“oooh...ohhhh...no lo puedo...no lo puedo...ahhhh”

Está vez Max sintió la garganta húmeda de una mujer, estaba sorprendido por la destreza de su madre al poder tragar tal pedazo de carne. Se le notaba que había hecho esto antes, a pesar del esfuerzo Giselle siguió mirándolo con mucha atención mientras se movía.

“ ahhh..oh.. mierda...oooh....mierda... madre ésto se...ahhh...¡ SE SIENTE GENIAL ! "

Constantemente su madre subía y bajaba a un ritmo suave tomándose todo su tiempo, como si tratara de alargar todo lo posible ése momento único entre madre e hijo.

Pero nuestro protagonista ya no podía contenerse más, una voz en su interior le gritaba con urgencia que se corriera y llenará la boca de su progenitora.

“ aaah...oooh... aquí... aquí viene...OOOOH...es hora...ahhhh...es hora ”

Y unos segundos antes de la liberación Giselle de manera repentina suelta su verga dejándolo al borde de la locura. El hijo la miró con cara de confusión y súplica, como implorando que continuara.

“¿Por….por… por qué….no…. ? ” preguntó jadeando.

Ella todavía tenía su traviesa sonrisa y se regocijaba en sus súplicas.

“ no mí amor, tú primera carga tiene que ser especial así me lo dijo tu padre...es hora de tú verdadero regalo de cumpleaños ”

Dicho esto se despojo de toda ropa quedando como Dios la trajo al mundo, luego señaló su vientre.

“ ¡Es hora de tu primera vez! "