Alguien lo compra

Una mujer se acercó a Edward, ella era grande y muy sexy, tenia el cabello purpura y vestía una ropa que dejaba ver mucho su cuerpo, lo cual no le sorprendió al humano, pues en el mundo en el que estaba se practicaba el nudismo, sin embargo, los músculos que ella tenía si le llamó la atención, como si fuera un simbolo de seguridad.

Con un camisón blanco casi transparente que dejaba ver sus grandes tetas similares a sandias, pudo también observar sus abdominales bien formados, y por último, un adorable arbusto de bello púbico sobresaliendo de su tanga.

Edward supo que era alguien rica por aquellos adornos en su vestimenta, que supuso eran de oro.

"¿En qué la puedo ayudar? " Preguntó una elfa rubia vestida con pieles de animales, una de sus captores.

La mujer se estremeció con su presencia, a pesar de ser alguien grande y fuerte, mostró un carácter dócil, pero luego su rostro se transformó a unas facciones serias. "Deseo comprar a este espécimen. " Habló ella, llamando la atención de todo el mundo, incluso a aquellas personas que solo caminaban por el lugar.

"Lo siento, señorita, pero este hombre no está en venta. " Expresó un elfo hombre mucho mayor que la rubia y de aspecto desagradable.

"No hay nada que el dinero no pueda comprar... señor. " Se incomodó al notar que aquel elfo la miraba de manera lasciva. "¿O de verdad creen que este pequeño circo que han montado les durara toda la vida? "

Ella miró al humano y este hizo lo mismo, de repente ella se sonrojó.

"¡Ohhh, ya sé por qué lo quiere! " Vociferó la rubia. "No es la primera vez que la gente desea comprar a mi esclavo, de hecho, lo comprendo, es guapo y su verga tiene un tamaño respetable. "

"¡No es por eso que lo quiero! " Chilló avergonzada. "¡Solo mírenlo como está, ya casi es medio día y apuesto a que aún no ha comido! "

"Bien, bien, bien... " Dijo el otro elfo. "¡En primer lugar, eso no le importa y en segundo, si de verdad quiere comprarlo, entonces muestre el maldito dinero! "

La musculosa elfa de grandes senos trago saliva sintiéndose intimidada, chasqueó sus dedos y en un segundo, un niño similar a ella llegó al lugar. "¿Qué pasó mamá? " Preguntó el, revelando su identidad.

"¿Cariño, trajiste el dinero como te dije? " Ella interrogó a su hijo, a lo que el asintió rápidamente entregándole una cartera negra. Aquel pequeño no llevaba ropa reveladora, de hecho vestía como una persona normal, Edward agradeció a su Dios por ello.

La madre revisó en el interior del objeto y de ahí sacó tres fajos de billetes. "Aquí hay 100.000 Liras, y no se atrevan a decirme que no es suficiente, este dinero es más de lo que ustedes ganan en un año. "

El elfo de aspecto desagradable encontró su mirada con la de la rubia y ambos asintieron. "Supongo que eso estaría bien. " Dijeron al unísono.

La rubia agarró el dinero y el otro elfo soltó la cadena de Edward, aunque no sin antes aplicarle una inyección en su trasero.

Eso conmocionó a la mujer, quien de inmediato objetó. "¿¡Qué creé que está haciendo!? "

"A menos que quiera que su humano se escape en el primer día, más le vale utilizar este tipo de cosas. " Argumentó la rubia. "Solo es un tranquilizante. "

Edward perdió todas sus fuerzas y observó desde el suelo como aquella mujer que lo compró, lo levantaba como si no pesara nada. Ella lo acomodó en sus brazos, con sus tetas calentando el rostro del humano.

"Estarás bien, cubo de azúcar. " Aseguró la elfa musculosa en un tono dulce y maternal, antes de que el hombre cayera finalmente dormido.