A Draco y a Gabrielle

Bliss observó que Draco miró a Gabrielle que, sin darse cuenta, se le acercó. Cuando Gabrielle se volvió, ambos se enfrentaron y en ese momento, ¡Bliss los golpeó a ambos! Draco abrazó a la bardo y ella lo sostuvo con una pasión y un deseo que la sorprendieron.

-¡Oh! Draco, hazme tuya, soy tu esclava para lo que quieras, dijo la rubia mientras bajaba la mano y acariciaba su polla que ya estaba cada vez más grande por la emoción.

-¡Gabs eres una Diosa! Mmm vamos, vamos! ¡Ahora te haré gritar cuando me folle ese coño y ese culo que ya me pertenecen!

Mientras hablaban, se desnudaron casi rompiéndose la ropa. Draco se deleitaba con sus tetas, mordisqueando sus pezones y agarrando sus suculentas y apretadas mejillas, separándolas y metiendo su dedo en su agujero arrugado. Gabrielle jadeaba de placer y se apegaba a él con devoción.

• Draco! Oh! MMM! Ahh! ¡Si! Toma mi culo ¡Me encanta que me lleven allí!

-Tus deseos son ordenes mi reina! ¡Supongo que Xena te ha preparado muy bien en el sexo! Estas goteando !!!

Gabrielle, jadeando respondió: Draco con Xena ¡He experimentado todo! Me ha compartido con ciertos hombres en un club corintio al que deseo regresar y hacer todo de nuevo ... ¡Ahhh! ¡Tu polla se siente grande, pero no pares! Ohh! Por los dioses !!! Consígueme !!!

Draco empujó su polla a través de su agujero de espera y ambos gimieron cuando la llenó. ¡Gabrielle tenía el culo tan abierto! Y pensó: "¡Esta polla es más larga y tiene una circunferencia mayor que la polla de madera de Xena y las pollas de los hombres con los que he estado antes!"

Draco combinó sus empujes tirando y pellizcando los pezones de la bardo, así como burlándose de su clítoris agrandado. Gabrielle estaba perdida en el placer, su mirada vidriosa de lujuria desenfrenada, solo quería que Draco lo tomara como quería, incluso secretamente deseaba compartirlo al mismo tiempo, tal como lo hizo Xena en ese club de sexo, cuando tuvo su martillo falso enterrado en su coño mientras uno de los jugadores lo puso al mismo tiempo, en su agujero trasero y ambos lo levantaron entre ellos, ¡tomándolo con fuerza!

Draco, mientras lo ponía y sacaba, chupó y retozó los senos de la bardo, ¡y ya se imaginó las largas orgías en las que iba a interpretar a esta rubia tan cachonda!

En el lugar solitario, solo se escucharon gemidos de una mujer en celo, gruñendo y pidiendo más y de un hombre golpeando las mejillas de la joven con sus testículos, al entrar y salir con la furia de su culo ofrecido con vehemencia ...