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Chapter 2 by traviezisha traviezisha

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7. El estacionamiento de la Uni

Desde que tengo memoria, y acceso a internet, platico con desconocidos en internet, les caliento los huevos y fantaseo con tener sus miembros en mi boca, o mejor aún, en mi vagina de maricona; aún así, salvo algunos miembros que llegué a mamar, mi puerta trasera seguía sin conocer la sensación de tener un hombre real adentro, una cantidad de objetos fálicos la habían penetrado, por supuesto, pero tristemente, ningún falo real.

Después de varios años de esto, cuando ya estaba en la universidad, tenía varias maneras de buscar hombres desconocidos dispuestos a tomarme como mujer: entraba en salas de chat caliente, creé un blog donde subía mis fotos que dejaba como página de inicio en los cyber cafés que visitaba, llegué a imprimir fotos mías mostrando el culo donde escribía mi email al reverso y las dejaba en el transporte público que utilizaba, llegué en ese entonces también a crear anuncios eróticos, estos son los que tuvieron más alcance, y de donde obtuve muchas más respuestas; tenía anuncios de todo tipo, prácticamente un anuncio por fantasía, tenía uno donde ofrecía dinero a cambio de conocer a un hombre con herramienta de más de 20cm, otro buscando dos hombres que fuesen amigos y aceptaran hacerme mujer a la vez, uno donde buscaba a un hombre que tuviera una casita de perro disponible que me invitara a vivir ahí el fin de semana, y entre muchos otros, uno donde buscaba un hombre que me dejara mamársela en un lugar público, entre las respuestas de este último, estaba la de un señor que me llamó la atención desde el inicio....

Él estaba en sus cincuenta años, me triplicaba la edad en ese entonces, trabajaba en una oficina de gobierno en el centro de la ciudad, y desde el primer contacto me compartió su número de teléfono, y me enviaba audios que me lubricaban el ano con solo escucharlos, él me incitó a contarle como jugaba con mi ano a detalle, y a grabarlo para mostrarle, hasta ese entonces yo no solía grabarme jugando, pero todo cambió, le grabé videos metiéndome bananas por el ano, pepinos, mis dedos, pero sus favoritos eran metiéndome palos de escoba, primero uno, después dos, pero llegué a meterme hasta tres para él en video; en ese entonces las limitaciones de hotmail no me dejaban compartirlos por ahí, whatsapp no existía, pero youtube estaba en pleno apogeo; fue por ese medio que subí para él todos esos videos, primero como públicos, pero después de dos cuentas canceladas, comencé a subirlos como privados, y él era el único que recibía los enlaces. A cambio yo solo le pedía describirme en audio todo lo que me haría, y videos de su verga sacando su leche para mi; nunca me envió fotos o videos de su rostro, pero sin pedirlo, comenzó a enviarme videos de unas cuantas mujeres mamándole la verga e incluso siendo penetradas por él, eran mujeres de entre 35 y 40 años quizá, mujeres bellas que siempre que vi un video desee estar en sus lugares, y siempre se lo hice saber a él.

Hubo una noche anterior a la entrega de un proyecto, que tuve que desvelarme terminando el mismo, de vez en cuando pasaba que dormía 4 horas o menos, pero esta ocasión fue necesario ir más allá, no dormí en absoluto; él "me acompañó" esa noche, se estuvo despertando para calentarme, para hacerme fantasear ser su mujer, quizá pude haber terminado el proyecto antes de no ser así, pero con las horas que pasé sexteando, terminé el proyecto cerca de las 6 de la mañana, para ese momento pude haber dormido quizá hora y media, pero él ya se había despertado, y siguió lavándome la cabeza con situaciones que me calentaban tanto que decidí no dormir, y seguir platicando con él; seguíamos platicando mientras él se preparaba para ir a su trabajo, y yo para ir a la universidad; él me incitó a llevarme una tanga debajo de mi ropa de diario, por si había oportunidad de vernos y llevar a la realidad algo de la conversación nocturna, y obedecí.

Llegué a la universidad caliente, y a tiempo, quizá quince minutos antes de la clase en la que entregaría el proyecto, en ningún momento dejamos de sextear por mensajes, por lo que no fue sorpresa cuando me comentó que tenía tiempo libre, por si quería ir a conocer su verga, él sabía de mi proyecto, lo que tardé haciéndolo, y que recién lo iba entregar, eso no le importaba obviamente, pero a mí si, por lo que intenté negociar otro momento; él me dijo que no entregara el proyecto, que tenía suficiente tiempo, y una camioneta donde me podría meter la verga, no solo conocerla, yo ya estaba casi convencida de ignorar por completo mis estudios, el esfuerzo puesto en este trabajo y todo con tal de solo mamar su verga, que cuando me mencionó la posibilidad de recibirlo dentro, estaba ya lista a decir que sí, pero antes, me comentó que llevaba en la camioneta su macana para defensa personal, si aceptaba le pondría un condón y me la metería por el culo. Acto seguido, yo estaba camino a su trabajo con solo una cosa en mente, su verga.

Llegué a la dependencia de gobierno donde él trabajaba, pero me pidió esperar en un area verde que estaba en frente, compartimos señas para reconocernos, y esperé. Se acercó a mi un hombre con cabello cano, que superaba por mucho mis 1.60m de altura, triplicaba seguro mis 18 años de edad, y seguro aunque yo pesara el doble de mis 50kg de ese entonces, él me hubiera superado aún por 20kg. Me dominaba en todos los sentidos desde que lo miré; y él, antes de llegar conmigo, me comunicó con señales, que lo siguiera, así, como esposa de antaño, lo seguí, caminando detrás, excitada, expectante, lista para conocer lo que tenía en sus pantalones...

Me excitó mucho que él caminara por su cuenta, como si no me conociera, que él me dirigiera sin decir nada, y saber que en unos minutos yo tendría el enorme miembro de ese hombre en mi hocico de perra, no había vuelta atrás, y con suerte por fin entregaría mi ano a un hombre de verdad; toda la indiferencia que fingió durante el camino desapareció al subir al auto, pues lo primero que me comandó fue mostrarle mi tanga, me giré un poco hacia la ventana y le mostré el hilo, que él sintió como pretexto para enseguida acariciar mis nalgas con sus manos de hombre, comenzó a manejar sin decirme a donde, y siguió tocando mis nalgas y mis piernas conforme estuvo encontrando oportunidad durante el camino; llegamos entonces a una Ciudad Universitaria, y entramos al estacionamiento; encontró un espacio en medio de la explanada y aparcó, y sin decir más comenzó a acariciarse la verga sobre el pantalón y me pidió hacerlo también, así que comencé a acariciar su miembro sobre su ropa, emocionada y nerviosa, con muchas ganas de metérmelo a la boca. Él me pidió mostrarle bien mi tanga, por lo que acostó mi asiento, y me pidió acostarme boca abajo y bajarme el pantalón, la inocente de mi creyó que solo me vería y acariciaría el culo, cosa que si hizo, pero en seguida ya lo tenía sobre de mi, con todo su peso, empujando su grueso miembro entre mis dos nalgas, yo nunca había metido nada en mi ano sin lubricar, o al menos no desde que tenía memoria, pero pensé que con la lubricación natural de su miembro sería suficiente... No lo fue, lo sentía partirme el ano cada milímetro que avanzaba, sin echarse para atrás aunque yo le pedía quedarse quieto para acoplarme a la sensación, le pedí untarme crema en el ano, pero me ignoró, y así me metió una fracción de su miembro, a pelo y sin lubricar, él pesaba unos 70 kilos más que yo, que aunque intenté hacerlo levantarse, fue imposible, así me bombeó unas cuantas veces, pero no logró meterlo completo, así que accedió a lubricarme el ano.

Fue un error, una vez que me lubricó con sus dedos, en una sensación agradable y por demás indescriptible, volvió a colocarse sobre de mí, y ya sin resistencia dejó ir la totalidad de su miembro dentro mío hasta que solo faltaron sus huevos de entrar, yo gemí más por dolor que por placer y le pedí hacerlo más suave, cosa que ignoró para bombearme unas cuantas veces más, sin pensar en mi, solo dejando salir su miembro para tomar impulso y abrirme el culo nuevamente, cada vez; el dolor estaba ganando terreno sobre el placer, por lo que le pedí ya en serio terminar con ello, él aceptó, dió una estocada más fuerte y salvaje que me hizo volver a gemir con el poco aire que podía tomar al tener semejante peso encima; no se quitó, dejó su miembro completo dentro de mí, y me dijo que estaba pasando gente, que esperara a que se fueran para irnos, yo hice ademán de asomarme, quizá por instinto para ver en donde estaban y saber como evitar que nos vieran, pero no me dejó subir la cabeza, al día de hoy sigo preguntándome si no me lo permitió para que no me vieran, o si no había nadie en realidad; la cosa es que mientras estas personas, reales o no, pasaban, él comenzó a moverse en un vaivén suave y corto, sin sacar más de un par de centímetros de su verga de mi agujerito maricón, movía su cuerpo muy muy poco, hacia arriba y hacia abajo, me encantó, descubrí que mientras no permitiera que mi ano se cerrara, no sentiría dolor pues el abrirlo de pronto es lo que lo causaba, pero una vez dentro, solo sentía placer, sentí que él se iba a levantar tanto que su miembro se iba a salir, no sé si se iba a quitar por fin, o solo comenzar a bombear como al inicio, pero como pude, lo detuve, lo jalé hacia mi para que continuara utilizando mi agujero por fin de mujer, me excitaba demasiado saberme en la mitad de un estacionamiento de una universidad, siendo penetrada por un hombre mayor, sin condón, y sin manera de safarme de ahí, no sé cuantos minutos más lo estuve disfrutando, pero sé que disfruté más cuando me dijo que ya se iba a venir, por fin lograba mi cometido de hacer a un hombre eyacular, y aunque él intentó salirse, le pedí sin decirlo no salirse, con mis manos busqué la manera de jalarlo hacia mi, y moví mi pelvis femenina hacia arriba y abajo para buscar terminar con la tarea, la única que importaba para una jotita como yo, la que tenía prioridad sobre mi educación, y también sobre todo. Y eyaculó, sentí el gran chorro rellenándome el culo, a la vez que dejó todos sus kilos reposar sobre mi, sentí las contracciones de un hombre que me había hecho mujer, y aunque casi no podía respirar por el peso, me sentí completa, feliz, mujer.

No tardó en regresarme a la realidad, se subió el pantalón y me dijo que iba para otro lado, me tocaba regresarme sola a mi propia universidad, no era, después de todo, una mujer mujer, si no un intento fallido de hombre que deseaba serlo, pero además deseaba la humillación debido a esto, el sentirse y saberse menos, por lo que esto más que molestarme, me excitó, me bajé de su camioneta a medio estacionamiento, con el ano lleno de leche y sin manera de expulsarla, y así, portando mi premio dentro de mi, tomé el transporte de regreso a mi universidad, donde ya no entregaría el proyecto que trabajé toda la noche, pensé tomar el resto de mis clases con el semen dentro, pero temiendo que se saliera y lo notaran los demás, llegando a la universidad me limpié; esa fue mi primera vez como mujer, y una de las primeras en que mis prioridades como jotita se superpusieron a las demás.

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