2. Videojuegos y otros jueguitos

Naturalmente, escondía mis deseos de ser mujer a toda costa; y estaba segura de mantenerlos escondidos para siempre.

Con la testosterona a todo lo que da, todo mi grupo de amigos se la pasaba pensando en sexo: le tiraban la onda a la vecina que aunque estaba más fea que la sífilis, sabíamos que era prostituta y eso era suficiente; tocaban a las demás vecinas siempre que había oportunidad, y compartían las reacciones, favorables o no ante el grupo; y lo más común, los más dominantes sometían a los demás si se daba la oportunidad, y ya que yo ocultaba mis deseos, yo era parte del grupo de los que lo hacían.

No era un sometimiento abusivo, era juguetón, por ejemplo, si uno se inclinaba a recoger algo, el otro acercaría su miembro y lo rozaría con el culo del que estaba inclinado a manera de simular el sexo, obviamente el inclinado se molestaba, y esperaba su venganza. Jueguitos de ese tipo, inofensivos; jueguitos en los cuales yo deseaba con todas mis fuerzas ser la víctima, y no enojarme cuando lo fuera; pero no podía hacerlo frente al grupo.

Un día, jugando videojuegos con uno, mientras él acomodaba la consola, inclinado, yo coloqué mi silla detrás, y lo jalé para que terminara sentado en mis piernas, lo logré, y como de costumbre con esos juegos, se ó, y con justa razón, pues él solía ser la víctima, y estaba harto; yo no lo dudé, supe que era mi oportunidad, y le pedí una disculpa muy leve, que no logró contentarlo, como estaba planeado, por lo que le dije que para estar a mano, y dejara de estar molesto, yo me sentaría en sus piernas también, él estaba incrédulo, y antes de que reaccionara, me senté no en sus piernas, si no tan atrás como pude para quedar sentada justo en su verga, ambos vestidos, y después de unos segundos, me levanté y le pregunté si ya estábamos a mano mientras le pasaba el control de la consola, él dijo que aún no...

Volví a sentarme, y me quedé ahí encima, inmóvil, excitada, durante no sé cuantos segundos que parecieron eternos, no sabía si él descubriría que era una jotita y me delataría, y me excluirían para siempre del grupo, o si me rechazaría a partir de ese momento; y mientras mi mente daba vueltas al asunto, él presionó "start" y comenzó a jugar; yo supe que era el momento, era ahora o nunca, y mientras él jugaba nintendo, yo comencé a moverme encima de él, a manera de masajear su miembro con mi culo, y como para ocultar mis verdaderos motivos, le pedí que él me dijera cuando estuviéramos a mano para detenerme. Me sentí soñada, me sentí feliz, y me sentí completa, y él jamás me dijo que estábamos a mano, tuve que saltar de su regazo cuando escuchamos que llegaba otro de los amigos, y no estaba lista para dejarme mirar así.

Pasó el tiempo y la dinámica fue cambiando entre ambos, poco a poco fui dejando de disimular, y a sentarme a masajear su verga con mi culo a voluntad, y él comenzó a decirme que me quitara, pero cuando lo iba a hacer solía agarrarme de la cintura para volverme a sentar, y su miembro erecto no dejó de delatarlo un solo día, estoy segura de que era su forma de negarse a sí mismo que el culo de una jotita le excitaba, pues comenzó a buscar ir a jugar videojuegos conmigo cada vez más, y en situaciones donde sabía, o tratábamos de quedarnos a solas.

Al final, yo ya no jugaba nintendo, él no llegaba a casa diciéndome que jugáramos, si no que llegaba a pedirme prestada la consola para jugar él solo, mi condición era que me dejara sentarme en su verga, eso si, siempre fue con ropa, nunca me senté en su verga desnuda, ni me descubrí el culo tampoco; la cúspide fue cierto día que llegó casualmente cuando me quedé sola, y me pidió la consola, esta vez yo cambié la propuesta, y le dije que podía jugar, si me dejaba chuparle el pene mientras lo hacía, él no dudó, tomó la consola y se puso a jugar, mi corazón se salía del pecho, estaba tan nerviosa y excitada, pero no podía parar, me acerqué a su miembro, y comencé a desabrochar su pantalón, que, a como pudo, me ayudó a hacer sin dejar de jugar, cuando logré sacarlo, su miembro estaba erecto, estaba baboso y listo, y yo estaba igual, babosa, lista para hacerlo, y lo hice, a como entendí lo chupé cual paleta, y lo disfruté mientras él jugaba, estaba complaciendo un miembro, y lo complací una cantidad innumerable de veces, mientras él jugaba nintendo, con su verga en mi boca.