10. Descubierta

Siempre he sido cuidadosa, siempre consciente de mi doble vida, y de actuar de acuerdo a si en ese momento soy niño, o niña.

Puedo decir que ambas facetas saben su lugar, pero la de niña no deja pasar oportunidades...

Yo me encontraba en casa de un amigo, jugando en la computadora, platicando, todo normal, cuando uno de sus hermanos nos dijo que si jugábamos a algo, el juego sugerido fue inesperado pues él era mayor que nosotros, y nosotros hacía ya tiempo que no jugábamos nada parecido, él sugirió las escondidas; nosotros aceptamos, y el juego se dió normal hasta que él y yo coincidimos en un escondite, mi amigo estaba contando aún, pero yo ya estaba recostada boca abajo detrás de una cama, en el pequeño espacio entre la cama y la pared, el ancho existía tan solo para un buró, y por lo tanto para una persona recostada, el largo si permitiría quizá persona y media, por lo que cuando el hermano llegó, solo le quedó la opción de colocarse con el rostro a la altura de mi cintura, justo al lado de mi, empujándome un poco hacia debajo de la cama, no hubo intercambio de palabras, teníamos que mantenernos escondidos, hasta que mi amigo terminó de contar, él comentó innecesariamente la necesidad de guardar silencio, levantando su cabeza para hablar, pero al bajarla, la colocó con su rostro prácticamente rozando mis nalgas, yo sentía el aire caliente de su respiración, cada vez más caliente y agitado, y yo pensando que era la emoción del escondite;

Él, susurró que se iba a asomar sobre la cama para ver si había alguien cerca, se levantó como haciendo una lagartija, pero solo dejó una mano en el piso, la otra la colocó "por error" justo agarrando con fuerza una de mis nalgas, situación que me sorprendió quizá un par de segundos, pero dejé pasar de inmediato, él nos estaba haciendo el favor de espiar, yo no podía ser malagradecida, él bajó solo un poco la cabeza y susurró que no había nadie cerca, y volvió a ponerse en modo vigía, pero esta vez, ya habiendo tanteado mi reacción lo hizo agarrando cada una de mis nalgas con cada una de sus manos, y mientras hacía su observación, me acariciaba las nalgas de una manera que nadie lo hace durante el sexo, lo hacía intentando guardar el equilibrio, mientras hacía fuerzas para mantenerse en la posición, y yo encantada de tener un hombre agarrando mis nalgas, disfruté cada segundo y no mencioné ni por un momento que sintiera alguna molestia, no la sentía; de pronto, él bajó sorpresivamente, deduje que alguien venía, pero al bajar también bajó mi short y mis interiores solo un poco, pero lo suficiente para que al bajar su boca quedara justo en la parte superior de una de mis nalgas, él me calentó en segundos con su respiración, y luego comenzó a besar mi nalga, ya sin pena, ya sin vergüenza, lo hizo delicioso y fuerte, y supe que me estaba marcando, pero no me importó, me olvidé de todo unos segundos, hasta que recordé que alguien nos estaba buscando, y que en definitiva no debían encontrarnos así, subí mi pantalón y susurré que me iba a asomar a ver si alguien venía, pero él no me dejó, hábilmente nos hizo cambiar de posición, de manera que él quedaba sentado, casi acostado, lo suficiente para alcanzar a mirar por sobre la cama detrás de la que estábamos escondidos, y yo, aún boca abajo, pero con mi boca convenientemente a la altura de su verga, mantuve unos centímetros de distancia, hasta que él me dijo "escóndete bien, nos van a ver", y gentilmente empujó mi nuca hasta tenerme respirando en su pantalón, sintiendo su miembro en mi nariz y boca, más no dejó de empujar, me colocó el rostro completamente tapado con su verga, y yo, quizá para poder respirar, abrí la boca, o quizá para poder sentir su miembro, aunque cubierto por su pantalón, en mi boca.

Le respondí el favor que me hizo en mis nalgas primero respirando fuerte en su miembro, que aumentando su dureza me fue dando la pista que necesitaba para saber que estaba bien seguir, y cuando sentí que estaba en su apogeo, me puse a lamer su pantalón, a chupar su miembro sin sacarlo de su envoltura, a babear sin importar nada esa prenda de ropa, con esperanza quizá de que se disolviera y yo pudiera tener el pedazo de carne en mi lengua, estoy segura que faltaban algunos segundos para que yo decidiera mamársela sin pena, sin importar nada, cuando escuché "Uno dos tres por tal", lo habían encontrado a él, pero yo me levanté también, para mirar la sorpresa de mi amigo, y escucharlo gritar también "un, dos, tres por tí", primero en alto volumen, pero bajando hasta casi no escucharse cuando su hermano se puso de pie, y era en extremo notoría la mancha en su pantalón, justo en donde estaba su miembro, parecía que se hubiera orinado, pero yo sabía que no, todo eso era mi saliva, fui descuidada y tonta, y fue el turno del hermano de contar, nos encontró rápido, y fue mi turno después.

Tardé unos minutos en encontrarlos, pero los encontré no tan escondidos, charlando, el juego terminó y volvimos a la computadora, estuvimos jugando un par de horas más, pero a tan solo unos minutos de haber reanudado, mi amigo me preguntó: "¿Eres joto?", de momento no supe el porqué de su pregunta, en mi mente no lo era, Erika era mujer, y yo en ese momento no era Erika, por lo que lo negué de inmediato; todo se aclaró cuando minutos más tarde mi amigo salió de la habitación, y mientras yo jugaba, su hermano entró, y él con una sonrisa burlona más que nada, me preguntó, pero casi casi afirmando: "¿Eres joto verdad?"; Yo quería gritar que sí, y llamarle a mi amigo y decirle también que si, convertirme en la mujer de ellos y seguir yendo a jugar por las tardes, pero no con la computadora, jugar con sus vergas en mi boca mientras ellos jugaban alguna otra cosa mientras se burlaban de mi, mientras me decían: "Ves que si eres joto".... Pero no me atreví...