Un joven alto de cabellos castaños

Un joven alto de cabellos castaños entró y cerró la puerta detrás. Estaba guapo y en forma, y sin dudar lo guiaste hasta la cama.

Querías comenzar con algo un poco lento, no querías gastar toda tu energía de jalón. Le hiciste sentarse mientras le quitabas la ropa, y pronto tus manos revelaron un pene de tamaño regular. ¡Qué buen comienzo! Sin dilación, comenzaste a chuparlo, y sin problemas lo pusiste erecto en un instante. Él gemía ante tu mamada, y tú disfrutaste de tener una buena polla en la boca.

Momentos después, te acostaste y separaste las piernas, y le pediste que te comiera. Él accedió y pronto lamió y besó tu coño. Ya te habías mojado de la pura idea de la fiesta, así que el joven disfrutó de tus jugos vaginales con ansia.

—Ya, métela —ordenaste.

Él rápidamente fue a la mesita de noche y te mostró un condón. Tú dudaste por un instante.