Un café decepcionante

Han pasado unos días, desde tu decepcionante encuentro con Daniela, estas sentado en una cafetería muy cerca de la zona universitaria de la ciudad, la estas esperando a ella, para tu sorpresa estas tranquilo, no tienes prisa por que llegue, ni expectativas.

De pronto la ves llegar y crees entender tu compartimento de la vez pasada. Esta vez Daniela usa unos pantalones cortos de color azul, que apenas se extienden sobre sus muslos, que parece están a punto de hacer explotar esos pantaloncitos, su blusa es negra, de manga corta y deja ver un poco de su ombligo.

Ella llega hasta la mesa y una vez que esta sentada te saluda.

– Hola, no pensé que me escribirías.

Tras esas primeras palabras los nervios vuelven a ti.

– Oh, Hola, bueno la verdad…

– No eres muy hablador verdad?

– Bueno, yo…

– Por qué hablas así?

En ese momento tus nervios se esfumaron, la tipa frente a ti tiene un gran cuerpo, pero su actitud deja mucho que desear y no soportas que te interrumpa, así que subes el tono y dices.

– Al menos podrías dejar que termine de hablar?

– No es para que te enojes, es solo que el otro día no hablaste mucho y supuse…

– Pues tal vez deberías dejar de suponer y respetar a la gente cuando habla!

– Vamos no te enojes, es solo que hablar contigo es realmente aburrido, incluso por teléfono.

Aburrido? en serio dijo eso, que clase de persona te habla de esta manera, maldita sea salvé tu estúpida credencial y tu chaqueta para que me hables así, solo eres otra puta que va al antro en busca de un hombre que te coja para ser feliz, pero con esa actitud solo te cogería con la boca cocida. Tus pensamientos son intrusivos y estas realmente molesto, lo único que haces es ponerte de pie y decirle.

– No voy a perder mi tiempo con una puta, gracias y adiós.

– Como me dijiste?

Su voz lo indica todo, ella también esta enojada y se pone de pie para encararte.

– Nunca me digas así, en tu vida vuelvas a llamarme así!

– Porque no lo haría, es lo que la gente piensa de ti y es como te comportas, como una PUTA ENGREÍDA!

Ella te da una bofetada y cuando vuelves a mirarla ves sus ojos encendidos en fuego y también percibes como el resto de personas en el local voltea a verlos.

– No voy a batallar contigo, no te conozco, no me debes nada y eres solo una… mal educada, adiós.

– Esto no se acaba aquí, te voy a hundir, se donde trabajas.

Al paso que pronuncia esas palabras la rodeas y te vas sin darle ninguna importancia.