Es hora del plato principal

Basta de jugueteos, es momento de darle a esta hembra todo lo que tengo.
_”Ponte en cuatro patas y con el culo en alto.” –Digo autoritariamente. Assassin obedece y se pone en posición.

Tengo ganas de ser un poco violento por lo que ignoro su ya humedecida vagina y dirijo mi pene hacia su culo y sin previo aviso empujo hasta el fondo. Mi miembro se introduce violentamente dentro de su ano sin misericordia y es apretado en el estrecho culo de Assassin, produciéndome gran placer. A pesar de eso, puedo ver como una expresión de placer ocupa el rostro de Assassin, su mente claramente influenciada por los afrodisiacos y ella misma que finge como una buena actriz.
_” ¡Ahhh, mi rey! ¡Su pene es tan grande! ¡Lo siento llenándome por completo! ¡Siga así! ¡Deme más duro! ¡Ahhh, más fuerte! ¡Si, más rápido!” –Gime Assassin extasiada.

Continúo sacudiendo mis caderas a la vez que sincronizo mis movimientos con los de Assassin. Esta danza de placer pronto empieza a ser abrumadora y mi clímax se acerca. Cambio de posición para así poder contemplar toda la belleza de Assassin, estando yo sobre su abdomen. Empiezo a incrementar la velocidad de mis penetraciones en lo que agarro violentamente los pechos de Assassin y muerdo sus pezones con fuerza concentrándome únicamente en mi placer.

Assassin solo gime más fuerte mientras que sus brazos me abrazan contra ella y sus manos acarician salvajemente mi cabello. Mi pene empieza a palpitar incontrolablemente, avisándome de mi inminente orgasmo.
” ¡Estoy a punto, Assassin! ¿¡Donde lo quieres!?”
” ¡Yo también, Gilgamesh! ¡Sigue así, solo un poco más! ¡En mi culo, quiero tu semen en mi culo, dámelo todo!”
En respuesta a eso solo puedo silenciar nuestros gemidos al sellar nuestros labios en un beso. Nuestras lenguas se acarician y enfrentan descontroladamente en nuestras bocas, callando asi los gritos que habrían resultado de nuestro orgasmo. Mi miembro eyacula fuertemente dentro su ano, vaciando toda la esperma que antes ocupaba mis testículos, no para de empujar mis caderas contra su culo hasta que la última gota de mi semen sale de mí.

Una vez que nuestros cuerpos dejan de convulsionar de placer nos recostamos en la cama, regocijándonos con los vestigios de placer de nuestro acto. Assassin se voltea hacia mi sonriente como si estuviese orgullosa de algo y me dice algo que me hace reír.
”Asumo que he sido capaz de satisfacerlo, ¿no es así, Su Majestad?” –Pregunta con un ligero tono de arrogancia.
” ¿Satisfacerme, dices? Pero querida, si esto no es más que solo el principio. –Digo mientras tomo su mano y la pongo encima de mi aun erecta hombría. Ante esto, Assassin solo puede sorprenderse al punto de quedar boquiabierta.
_”No me tomes tan a la ligera, ¿cómo podría ser el Rey de Héroes si mi vigor sexual no estuviese también a la par de mi leyenda? Pagaras tu imprudencia con sangre, sudor y lágrimas.