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Chapter 6 by frankmartin1518 frankmartin1518

Quien será el nuevo anfitrión del simbiote?

Victoria

"NO!" se escuchó un grito de frustración en el campo.

La chica se tomó de las rodillas mientras el sudor caía de su rostro al suelo.

"Otra vez." tomó el palo de hockey que había arrojado al suelo y lo conectó con una nueva pelota para encarar hacia el pequeño arco que se encontraba a varios metros.

Todo aquél que conociera a Victoria diría que ella era una bestia. Una atleta de primera con problemas de perfeccionismo. Deporte que realizaba, deporte en el que tenía una medalla o trofeo de primer lugar. Habían de otros puestos, pero eran una vergüenza para su persona. Y así era, una amante de los deportes que solo quería alcanzar la perfección, y el simbionte sabía que eso era lo que los iba a unir.

El simbionte, en su portadora actual, se acercó quedando pegado en uno de los reflectores de luz y se detuvo a admirar a su próxima anfitriona. Era de estatura mediana, delgada, palida, de pelo rubio enrulado, ojos celestes, con pechos medianos y con un culo grande y firme. Estos últimos dos se encontraban cubiertos y apretados por un top deportivo verde fluorescente y un short pollera negro.

"NO PUEDE SER!" reboleó su palo sumamente enojada la rubia que había fallado una vez más.

Cualquiera con dos dedos de frente podría explicarle que su falta de puntería era debido al agotamiento que su cuerpo sentía producto de las largas e intensas horas que llevaba entrenando, sumado al sueño que estaba comenzando a sentir ya que eran las tres de la mañana. Pero nadie hubiera sido capaz de enfrentarse a semejante bestia.

Es tiempo.

La criatura saltó hacia el campo cuando vio a la joven sentada en el piso dándole la espalda.

Igualmente, eso no privó a la joven de captar con el oído que alguien se acercaba.

"Creí que te habías ido." comenzó a hablar creyendo que era el cuidador de las instalaciones "Habíamos acordado que yo iba a cerrar todo. Y ya sé que debería haberme contenido, pero los vecinos se pueden ir al diablo. Si no soportan unos cuantos gritos es su problema, no el mío."

Al no recibir respuesta alguna se dio vuelta para llevarse un susto enorme al divisar a una criatura negra que la estaba observando fijamente. Retrocedió como pudo hasta llegar a su palo tomándolo y colocándolo como división entre ella y el simbionte.

"No necesitas blandir ningún objeto en nuestra contra, no planeamos lastimarte."

La rubia observó confundida.

"Qué eres?"
"Soy lo que comúnmente ustedes considerarían como un "extraterrestre"."
"Y qué haces aquí?"
"Vine en tu búsqueda?"
"A buscarme? Para qué? Cómo me encontraste?"

El rostro de la criatura comenzó a abrirse hasta que Victoria se encontró cara a cara con su amiga que se encontraba dormida.

"Andrea?" intentó llamarla "Qué le hiciste?"

El simbionte se cerró nuevamente dejando a la criatura al frente una vez más.

"Nada, solo tomé prestado su cuerpo y su mente para localizar al portador ideal."
"Portador ideal?"
"Si, necesitaba encontrar a alguien que fuera verdaderamente digno de ser mi anfitrión."
"Y tu crees que yo soy esa persona?"
"Si, he indagado en los recuerdos de esta criatura y se que tú eres la única con quien podría alcanzar la perfección."
"Perfección?" eso intrigó a la rubia que recortó un poco las distancias sin darse cuenta.
"Soy de la raza klyntar. Somos una comunidad de simbiontes que viajan de planeta a planeta uniéndonos con seres dignos desbloqueando su máximo potencial."
"Y por qué hacen eso?" sus ojos se encontraban fijos en la criatura y su boca un poco entre abierta, era importante la cantidad de atención que le estaba prestando.
"Solo deseamos brindar perfección a los planetas en donde se nos envían, pero para eso necesitamos seres que estén a la altura que puedan poner un estándar de excelencia. Como tú."
"Como yo?" sonrió tontamente.

El simbionte sabía que la tenía donde quería. Comenzó a acercarse a ella.

"Si, lo puedo ver en tus ojos y en tu cuerpo. Una mujer que quiere ser perfecta en todos los sentidos y que todos la reconozcan por lo que en verdad es, una diosa."
"Una diosa." se dijo para ella misma mientras apartaba la mirada.

Aquella criatura tenía razón, muy dentro de ella existía ese deseo intenso de que todos la adoraran y respetaran.

"Si, pero no vas a poder conseguirlo, no sin mi ayuda." de repente la rubia pudo sentir como su palo era empujado levemente hacia ella.

Al levantar nuevamente la mirada se encontró con que la criatura humanoide estaba frente a ella apoyada en su instrumento deportivo.

"Solo tienes que aceptarme, y serás el ser más perfecto de la creación."

Victoria no lo había notado antes por el entorno nocturno, pero aquella figura que recubría a su amiga la había dotado de una musculatura importante. Entre los litros de substancia negra que brillaban como látex se encontraban montones de músculos que le daban una presencia casi imponente. Su mente pensó que si era capaz de brindarle semejante poder a alguien como su amiga que poseía un físico inferior al de ella y ni siquiera se encontraba consiente a ella la convertiría en un ser divino.

Levantó la cabeza y la observó fijamente.

"Acepto." dejó caer el palo.

La masa negra comenzó a desprenderse de Andrea dejándola tirada en el suelo.

"Entrégate a mi." le ordenó la criatura que ahora no era más que una pila de tentáculos y masa con forma casi humana.

Victoria observó el cuerpo de su amiga enteramente desnudo y asumió que, para poder unirse, debía estar en las mismas condiciones. Retiró ágilmente sus únicas prendas quedando enteramente expuesta ante el simbionte que admiró, complacido, a su nueva anfitriona en toda su gloria. Su cuerpo estaba empapado en sudor, su pecho se movía violentamente de los nervios y la emoción, sus pezones estaban erguidos y su vagina no podía encontrarse más sensible al estar depilada en su totalidad.

La masa creció en tamaño. Esto le hizo creer a la rubia que era como estar frente a una pileta y, si quería llegar al trofeo, solo tenía que tirarse y nadar. Y así lo hizo. Saltó de lleno hacia la masa y fue devorada instantáneamente por esta.

Dentro de esta Victoria se encontraba flotando y solo podía ver oscuridad hasta que un par de ojos blancos aparecieron iluminando el lugar.

Ahí se dio cuenta de una cantidad importante de tentáculos que se acercaban a ella.

Cuando el primero impactó contra su mano un shock de poder recorrió su espina hasta bajar a su vagina provocando el primer orgasmo. La rubia reía de placer mientras sentía como cada centímetro que era tomado por el simbionte se llenaba de millones de lenguas que lamían y acariciaban su piel.

De repente miró hacia abajo al sentir como varios tentáculos bombardeaban sus piernas subiendo violentamente hacia su vagina. Aquella sustancia se sentía fría al contacto, pero solo por milisegundos, después se transformaba en una llama que la quemaba brindándole un placer indescriptible y la cercanía con su área de placer no provocaba mas que una oleada de eyaculaciones involuntarias y gritos de placer.

En un acto instintivo, bajó su mano libre cuando sintió como la criatura había llegado al lugar, pero fue rápidamente expulsada por una nueva tanda de tenáculos que tomaron su brazo y lo elevaron. Miró sus extremidades y una risa de locura comenzó a salir de su boca al percatarse de que su cuerpo comenzaba a transformarse. Estaban aumentando en tonalidad y firmeza, veía músculos que no sabían que podían crecer en ella, lo estaba logrando, se estaba convirtiendo en el ser perfecto.

De repente su risa se detuvo y fue remplazada por el mayor grito de placer de su vida. Intentando soportar un poco, bajó la mirada para encontrarse con el responsable de tan intenso sentimiento de placer. El simbionte estaba entrando con todo en ella. Tentáculos tras tentáculos entraban y salían de su feminidad en lo que parecía ser la colonización de todas sus zonas interiores. Quería hablar pero no podía, se le había olvidado como, en su mente solo había placer.

Con lagrimas de felicidad en sus ojos se percató de como la masa ya había tomado sus brazos completamente y ahora bajaba hacia sus pechos.

"T-T-T-Tómalas." fue lo único que alcanzó a decir antes de que la criatura agarrara sus tetas bruscamente y las apretara fuertemente uniéndose con ellas y entrando por sus pezones a su cuerpo.

Victoria gritaba como loca. Quería más, mucho más. Estaba perdiendo la cabeza ante el placer, y no se sentía preocupada por aquello.

Pudo sentir como el simbionte se unía con su espalda y avanzaba a su estomago devorando su six pack para otorgarle uno con mayor volumen y conectando todas las partes de masa que se encontraban dispersas.

"Tómame. MÁS. MÁS." gritó desesperada intentando meterse aún más en aquél poso de poder y placer. "No más segundo puesto, no más imperfección." proclamó entre gemidos mientras su rostro era cubierto completamente.

Su gemido final se transformó en un rugido monstruoso.

Al abrir los ojos se encontraba nuevamente en donde había estado entrenando.

El proceso había finalizado. La perfección había sido alcanzada. She- Venom había nacido.

Qué pasará ahora?

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