Su hermana lo encuentra y se une con él

La puerta del departamento se abrió un par de horas más tarde.

Camila, la hermana de Andrea, ingresó al departamento y cerró el acceso de un portazo.

Su noche no había sido para nada como la esperaba. De ser libre de poder hacer lo que quería en varios años a ver como la fiesta en la que estaba se iba al infierno y su mejor amiga se besaba con su crush.

"Estúpida, estúpida." se decía a ella misma por haber creído que tenía alguna oportunidad.

Era mayor, pero se sentía como una niña en aquella casa, y sus actitudes en algunos casos probaban ese punto.

Se dirigió al cuarto de su hermana con la esperanza de que se encontrara despierta. Necesitaba desahogarse con alguien. Para su mala suerte se encontró con que ella ya se encontraba en un profundo sueño.

Cuando estuvo a punto de retirarse un ruido llamó su atención. Su mirada se dirigió hacia el tupper con el simbionte dentro y el libro encima, pero, por culpa de la bebida y de la oscuridad, no notó el extraño contenido y lo confundió con un postre.

"Dejando mouse de chocolate en su cuarto sin comer. Ay niña a veces eres muy tonta."

Tomó el tupper y se fue hacia su cuarto. El simbionte, dándose cuenta de lo que había pasado, decidió esperar pacientemente. Tenía un plan y lo iba a disfrutar.

Entró en su habitación y, únicamente quitándose los tacones, se metió en la cama con el postre y se tapó.

"Al menos te tengo a ti." dijo entristecida para, con un dedo, pasarlo en el simbionte tomando un poco.

Cuando el primer bocado fue dado una fuerte sensación de placer entró en su cuerpo. Observó aquella masa con una sonrisa en su rostro y comenzó a devorarlo desesperadamente. Manotazo tras manotazo. Cada pedazo de simbionte que ingería iba alterándola psicológicamente. Ya se había olvidado de lo mal que la había pasado, solamente tenía en su mente tragarse, lo que ella creía, era un manjar delicioso.

Un pequeño sentimiento de desesperación llegó, unos minutos mas tarde, cuando se encontró con que ya no le quedaba más por comer. Ni lamer los restos que se hallaban en su mano pudo mitigar aunque sea un poco lo que sentía.

"Por qué las cosas buenas se terminan tan rápido?" tiró el tupper al piso y se tapó hasta la cabeza con la sabana.

Cerró los ojos y por unos minutos todo fue tranquilo, pero prontamente se dio cuenta de que no iba a poder dormir gracias a un sentimiento extraño que estaba iniciando en su interior. Tenía mucho calor, pero del placentero. Sin darse cuenta sus sabanas volaron.

"Que calor." se quejó mientras intentaba tomar su ropa.

Debido a que su concentración se encontraba enteramente con lo que estaba pasándole no se percató de que había arrancado todas sus prendas con una fuerza sobrehumana quedando al total desnudo.

El calor se intensificó en su zona intima así que, con una mano, comenzó a jugar con sus labios vaginales.

Mientras se tocaba le venían visiones extrañas. Era un planeta diferente. En él había pequeñas criaturas peleando como animales salvajes. De repente, uno de ellos se encuentra con lo que parecía ser una masa negra que estaba viva. Al entrar en contacto la oscura criatura se unió con el pequeño transformándolo en un ser grande e imponente. Se acercó a sus compañeros y comenzó a violarlos uno por uno, transformándolos en más como él los cuales repetían el mismo proceso. Eran un ejercito de maquinas sexuales. La cosa siguió hasta que no quedó más que una orgía de criaturas extraterrestres. Ya no había violencia, solo... sexo.

Camila no sabía que era todo aquello pero no podía evitar excitarse aún más. Quería vivir en ese planeta. Quería que aquella masa negra la transformara en una criatura que solo busca sexo.

Un fuerte grito de placer salió de sus labios. Había llegado a su clímax. Lo que no sabía es que la cosa solo acababa de comenzar. Lo que salió de dentro de ella no fue eyaculación.

Miró hacia abajo al sentir un movimiento extraño para ver como una masa viscosa negra salía lentamente como si fuera el principio de una erupción volcánica de su vagina.

"Qué es esto?" se dijo tomando con los dedos un poco y acercándolo a su rostro para inspeccionarlo mejor.

De repente el simbionte comenzó a unirse con su mano. Ahí se dio cuenta de que aquella cosa era la criatura de su sueño. Sin poder decir nada sintió como algo empezaba a surgir de su interior. Se sentía tan raro, pero un tanto placentero. De la nada más masa negra comenzó a emerger de todos sus orificios.

Todos sus gemidos de placer estaban siendo tapados por litros de slime que brotaban de su boca y trepaban desesperados por todo su cuerpo. Creía que iba a morir asfixiada, pero el simbionte había creado una especie de sistema de filtrado permitiéndole respirar.

Su rostro fue completamente devorado por aquella cosa en instantes, pero, pese a no poder ver, podía sentir todo.

No sabía que hacer. Su lado racional provocaba intentos de lucha y resistencia, pero su lado salvaje gozaba y anhelaba por más de aquella materia con cada parte de su cuerpo que era cubierta. Mayor fue el grito salvaje cuando el simbionte brotó de los pezones de joven uniéndose prontamente con sus tetas masajeándolas con millones de pequeños tentáculos.

La parte que emergió de su vagina arrasó con sus piernas transformando sus dedos en garras y, creando varios tentáculos, comenzó a penetrarla.

En su mente imaginaba como su crush la penetraba una y otra vez y eso la volvía loca.

Unos minutos más de placer pasaron hasta que, tanto el simbionte como Camila, acabaran.

Recuperarse le costó un rato extra, pero, una vez mejor, se puso de pie y se acercó al espejo más cercano para admirar su cuerpo. La cosa que la recubría era enteramente de color negra, le había proporcionado con unos enormes ojos blancos y una gran boca con dientes afilados y su cuerpo había crecido casi un tercio de lo que era. También su grasa corporal había desaparecido, siendo reemplazada por un montón de músculos.

Se veía sexy y fatal. Eso la excitaba mucho.

"Esto es a lo que yo llamo terminar bien el día."