Se caen al piso

...los enormes y anchos bañadores de Alex se caen al piso, producto de que Alex había perdido la compostura al ver a Janne.

Esa falta de compostura y reacción permitió que Janne pudiese ver "totalmente" el cuerpo de Alex, hasta sus partes nobles, o más bien, lo que quedaba de ellas: la noche le estaba jugando una muy mala pasada a Alex y su viril miembro, ya que con el frío de noche, este último se había encogido bastante, haciendo casi que un niño de 10 años pareciese casi un súper dotado en esa zona. Obviamente, esta "pequeña" visión desalentó un poco a la bien mantenida ama de casa, que rápidamente miró hacia otro lado mientras Alex reaccionaba y daba cuenta del bochornoso espectáculo que estaba dando, levantándose los bañadores, tratando de salvar algo de su ya muy dañada imagen.

Abochornado por la exhibición deshonrosa que estaba dando, Alex le cuenta a Janne que unos conocidos le habían hecho una broma y lo habían dejado afuera de su casa, semi desnudo y con esos bañadores enormes cómo la única manera de cubrir su cuerpo. Por eso, le pide a Janne que le preste una llave de repuesto para que volviese a entrar a su casa y vestirse. Esta, sin olvidar lo que había visto, lo invita a pasar. Ciertamente, Janne era una mujer bella, aún para su edad. Lo había sido también de joven, por ello pretendientes en el pasado no le habían faltado, y para preservar la dignidad de la señora, diremos que pasó, durante su adolescencia y el resto de su juventud, mucho tiempo en cama acompañada de chicos y chicas, por ella no le hacía asco a nada. Sin embargo, durante su madurez, ciertamente Janne había perdido pretendientes y actualmente hacía algunos años que gozaba la compañía de un caballero o una dama en la cama. Por eso, en su mente, Janne descubrió que tendría la oportunidad de volver a tener relaciones sexuales o al menos volver a tener un orgasmo a expensas de su joven y galán inquilino, al que tantas veces había tratado de tentar para ello, aunque sin resultado. Al menos lograría uno pequeño, lo poco que podría brindar esa cosita que Alex tenía entre las piernas. Simplemente, Janne se dió cuenta de la falta de sexo que tenía: si esta situación hubiese pasado cuando ella era joven, se hubiese reído del pequeño pene de su inquilino y le hubiese tomado una fotografía, para mostrarle la miniatura de Alex a todas sus amigas. Pero ahora necesitaba ese pequeño maní para tener un orgasmo. Así que, le respondió a Alex:

• Mira, Alex, te he dejado entrar porque te conozco, o creía que te conocía, pero la verdad que te presentes en este estado, con una historia rara, y con esa cosita a la vista, me da un poco de miedo...creo que debería llamar a la policía...

Antes de que Alex pudiese frenarla y decirle que lo que le había contado era cierto, Janne siguió hablando:

• ...pero si haces un par de tareitas, quizás considere no llamar a la policía y darte las llaves y ropa para que cubras tu vergüenza...¿que me dices, haces esas tareitas o le vas a contar a un oficial de policía cómo apareciste en mi casa totalmente desnudo con tu cosita al aire?