Sí, por supuesto!

"Ya, Ignacio, vete...hostia..., vete, eres libre...camina por donde quieras, vaga por el pueblo...Te libero y nos vemos nuevamente en el hotel antes de las 21:00" Dijo Conchita, como si se liberara de un lastre.

Una vez que el hermano menor los dejó, Mariela, Conchita y Juan Manuel se dirigieron a la cafetería más cercana a unas pocas cuadras de donde habían comenzado a conversar. Era un establecimiento con un área abierta y algunas sombrillas, algo que se agradecía en el calor del verano en Peternia.

Mientras caminaban, Mariela no resistió la tentación de mirar el enorme pene de Juan Manuel, que, si bien estaba excitado y feliz por la presencia de Mariela, había ido perdiendo la dureza en su erección y permanecía en un estado semi erecto. Conchita, como siempre muy atenta a todo a su alrededor notó el interés de la joven en el miembro bamboleante.

"Oh, yo tampoco pude resistirme la primera vez que vine a Peternia ante la curiosidad de ver cómo se movían esas enormes pollas al caminar...Es hipnotizante!"Conchita afirmó.

"Wow, sí, no lo puedo negar, es divertido y excitante, todo a la vez...Y una es curiosa...es decir, una no tiene algo así a la vista todos los días!" Mariela dijo sonriente.

"Te entiendo, Mariela. Yo nunca pude evitar reírme al ver cómo se les movía ese pedazo de carne colgante...que de por sí es gracioso...Es como un gran chorizo colgante...acompañado de otro gracioso par de albondigas. Fuáaa, fuáa...!" Conchita acompañó el sonido onamatopéyico del movimiento del pene con una simulación del movimiento de su antebrazo chocando con cada muslo. Al apenas Conchita terminar la frase y hacer el movimiento, Mariela prorrumpió en una sonora carcajada.

"Mariela, hagamos algo. Por qué no pasas de aquel lado y caminas junto a Juan Manuel y así le puedes ver la polla con más detalle?"

Mariela se sonrío y cruzó una mirada con Juan Manuel.

"Puedo? No molesto si camino de aquel lado?"

"Mariela...Mariela...por Dios...está bien lo de ser cortés, pero lo tuyo es demasiado...Mírale el pollón, ya está, nada te lo impide, a él le gusta...incluso le puedes pedir que se suba el pollón para ver cómo se le mueven los huevos....!"

"Jajajajjajajajajajjajajajja" Mariela volvió a carcajearse.

"Vaya qué me encanta tu risa, es tan espontánea. Esa es la actitud!" Dijo Conchita, espero que disfrutes de verdad tu estancia en Peternia.

Mariela se movió ágil y elegantemente a un lado de Juan Manuel. Cruzó una mirada llena de picardía con él, y casi de inmediato, fijó sus enormes y expresivos ojos negros sobre el enorme y bamboleante miembro viril. Inmediatamente una gran sonrisa se dibujó en sus labios.

"Eso, eso, así, Mariela...así se hace...Cero penas...las pollas son para divertirse...son para eso...Deshiníbete...Qué dices a eso, Juanma..?"

"Mariela, sé tú misma, mira lo que quieras mirar...a mí me halaga que una chica tan güay como tú me vea la polla y los huevos" Dijo sonriente y divertido Juan Manuel.

"Wow, gracias...es que no lo puedo evitar...es tan... tan... imponente...!" Dijo Mariel, soltando el imponente después de una búsqueda exhaustiva de la palabra más adecuada.

Juan Manuel, qué sabía a lo que se refería Mariela, pero amaba oír a las chicas mencionar cualquier palabra que designara sus genitales, le preguntó.

"Qué es imponente? Perdón es que me he perdido un poco!"

"Bueno, ya hemos llegado chicos, adelante...Ya van a seguir con su amena conversación" Conchita intervino.

Los tres se acomodaron en una de las mesas al aire libre. Juan Manuel, todo un caballero, elegantemente, sacó la silla para facilitarle a Mariela el sentarse.

"Wow, qué caballero! Gracias!"

"Sí, Juanma es todo un regalo de Dios. Un buen tipo, todo un caballero, elegante y además con una polla del tamaño de una catedral. Créeme que si no fuera mi hijo, ya me lo habría follado!" Dijo Conchita bromeando.

"Por Dios, mamá, qué asco!"

"Ya, ya, Juanma, era una broma, nunca te follaré, para eso vine aquí, para follar cualquier polla enorme que me tope..." Conchita respondió.

Tanto Conchita como Mariela se sentaron en sillas normales, como las de cualquier cafetería. Juan Manuel, por su parte, luego de que ellas se sentaran se acomodó lo mejor que pudo en una silla más elevada y con una especie de bifurcación en la que reposaban adecuadamente los muslos (algo así como una silla especial para propiciar el manspreading, sólo que sin la parte delantera del asiento), pero con un enorme espacio vacío que ocasionaba que su enorme pene y testículos colgaran libremente y a plena vista de Mariela, justo directamente frente a ella. Una vez que Juan Manuel terminó de ponerse cómodo, con su enorme pene y testículos colgando al nivel de los ojos de la joven, Mariela soltó una carcajada tapándose la nariz y la boca.

"Mariela, pero tú eres toda risas...qué te tiene tan alegre y divertida!?" Preguntó Juan Manuel risueño y completamente consciente de cuál era la respuesta.

"Jajajjajajajaj, bueno, es como evidente...pues eso!" Dijo Mariela, señalando al miembro viril y los testículos frente a ella.

"Qué es eso, no entiendo!" Dijo Juan Manuel, también riendo y fingiendo ingenuidad.

"Eso, pues....qué va a ser.....!" Mariela respondió aún entre risas.

"Sh, Mariela, no tienes por qué usar eufemismos para referirte a la polla de Juan Manuel...vamos, dile polla, pollón, rabo, cola...o no sé como le digan directamente al pene ustedes en Venezuela...Por cierto como le dicen al pene allá?" Conchita preguntó.

"Excelente pregunta, madre, yo también muero de curiosidad"

"Bueno, hay muchas palabras...." Dijo Mariela sin atreverse a mencionar ninguna.

"Como por ejemplo....?" Intervino Conchita...

"Sí, como por ejemplo...." Continuó Juan Manuel.

"Bueno, como por ejemplo paloma, verga...a ver.... paloma, verga, webo..."

"A ver, un momento, Mariela, le dicen webo al pene? Nosotras en España le decimos huevos o cojones a los testículos...Y cómo le dicen ustedes en Venezuela?" Conchita preguntó.

"Bolas...llamamos a los testículos las bolas!" Dijo Mariela sonriente, pronunciando la b con cierto énfasis y sonoridad.

"Bolas...qué gracioso, suena bien...las bolas...ummmmm" Reflexionó Conchita.

"Ajá, y de los nombres de la polla, qué otros usan? Preguntó Juan Manuel.

"Pipí, pipiricho, piripicho, pipisote..." Respondió Mariela sonriente.

"Y a ti cuál palabra te gusta más, Mariela?" Preguntó Conchita.

"Pipisote y pipiricho, pipirichote...no sé, me resultan más gracioso llamarlo así"

"Entonces, en lugar de pollón, a Juanma, le dirías pipirichote"

"Sí, exacto"

"Pipirichote...menuda palabra...suena muy bien..."

"Ordenamos?"