Todavía no, queda un último experimento

Al escuchar que ella dijo eso saqué al momento mi teléfono móvil, utilizándolo para volver al mundo real.

Ann tuvo la mirada perdida durante unos segundos, pero luego observó el instituto con entusiasmo, o más bien, a la persona que salía de él, Kamoshida.

Lo miraba de forma hambrienta, con lujuria, de una forma que antes jamás habría usado antes.

— ¿Puedo irme a follar con ese dios? Porfa ...

— ¿Por qué quieres hacer eso?

— Porque ... Osea... Tengo que hacer los rumores ...

— ¿Y cuáles son los rumores?

— Que soy adicta al sexo con Kamoshida ...que soy tu esclava sexual ... Que salgo con Ryuji ...

— Menos ese último, haz los otros dos, es una orden esclava

— Si amo ...

Su voz sonó robótica al decir eso, pero después su expresión volvió a la misma con inteligencia nula, y salió corriendo hacia el profesor que horas antes tanto odiaba.