Nada sin prestar atención a su ropa

Luego de ordenar su ropa, Victoria corre desnuda al agua, entrando en el lago deprisa, para minimizar el frío del agua. Sin embargo, ciertas partes de su cuerpo no pueden evitar reaccionar al contacto con agua, por ejemplos, sus pezones, que se ponen duros como rocas.

Igualmente, Victoria rápidamente se acostumbra a la temperatura del agua, y empieza a nadar, practicando diferentes estilos. Esto la distrae de observar y escuchar a una figura misteriosa, que se asomó desde los árboles. Por suerte, la figura no parecía maligna, por lo menos en el sentido de querer lastimar físicamente a Victoria, pero por ahí si moralmente, ya que agarró toda la ropa de la bañista desnuda, dejando a la desdichada sin nada para cubrir su cuerpo desnudo una vez que saliese del agua. Algo que Victoria hizo unos pocos minutos después.

Cuando salió, Victoria fue directamente a buscar su ropa. No la encontró. Buscó en los alrededores. Tampoco las encontró. Su pensamiento directamente se dirigió a que alguien o algo le habían robado la ropa. Instintivamente, Victoria cubrió su cuerpo con sus manos, para evitar el el posible ladrón pudiera verla desnuda, si es que seguía aún cerca.

Pero Victoria rápidamente se dió cuenta de que por más que se cubriera, sus ropas no iban a aparecer si no las buscaba. Pero también le daba miedo la idea de buscarlas en el bosque a la noche, por lo que correr a su asa desnuda no era una mala idea, en tanto se protegiera con arbustos y otras cosas de ser vista desnuda por extraños.