Metamorfosis

" What…. mierda…me pasa”

De camino a la universidad Ted estaba en un estado deplorable, el dolor en sus genitales era tan grande que no pudo dormir tratando de buscar aliviar masturbándose frenéticamente.

Perdió la cantidad de veces que se había corrido anoche, aún más todo el semen que había expulsado fue suficiente para agotar la decena de condones que tenía guardado. Nunca tuvo una gran virilidad ni aguanté así qué no puede creer el enorme desastre hecho en su cama, todo eso lo tenía muy preocupado y aún el dolor en sus bolas no había cesado.

Llegó a la universidad caminando con suma dificultad, con grandes ojeras, y con el peor aliento de su vida ya qué había olvidado cepilarse.

Su aliento siempre a sido un gran repelente de chicas, y ese día en particular el olor llegaba a 3 metros cerca de él. En los pasillos ni un alma se acercaba a su espacio personal, en clases se sentaron al final del salón, se sintió como si tuviera una enfermedad muy contagiosa.

Algo qué lo distrajo de su patética rutina era la ardiente escena lésbica en el baño el día anterior, ese día fue lo más cerca de qué había estado del sexo en toda su vida. Una pequeña idea cruzó por su mente si ellas hicieron sus jueguitos ese día porque no lo repetirían y estaría allí.

Si tenía suerte y grabara a la respetada presidenta en pleno acto sexual sería la oportunidad que tanto había soñado para vengarse de esa perra engreída.

Al terminar las clases se escabulló lo más rápido que pudo en el baño, se encerró en uno de los cubículos y espero.

A los pocos minutos Tammy estaba tan radiante como ayer con esos pantalones tan cortos qué sólo tapaban su trasero y una camiseta transparente qué regalaba la vista de su pequeño sostén.

Tammy se le veía impaciente caminando de un lado a otro en señal de nerviosismo, hasta que de pronto se detuvo en seco y comenzó a olfatear el aire.

Ted entró en pánico como pudo ser estúpido, se dejó llevar por sus hormonas tanto qué olvido por completo su infame aliento.

Como si de un sabueso se tratara Tammy fue directo al cubículo en donde se encontró el obeso joven y de un golpe abrió la puerta descubriendolo.

“ ¡TU ME ESTABAS ESPIANDO CERDO PERVERTIDO ! ” gritó con todas sus fuerzas Tammy.

Ted estaba en shock porque era su ruina, sería expulsado antes de decir algo. Y de pronto el dolor en sus bolas se hizo más fuerte, era mucho peor que las veces anteriores sintieron la polla ardiendo con plomo fundido.

“ya verás mal nacido cuando hable con Sam te sacarán de patadas de aquí y haremos fiesta por eso”

Trató de hablar pero el dolor era tan grande qué nublaba sus ideas.

" afuera…. Tammy veraz…. yo… yo AY”

“qué te pasó el gato te comió la lengua o será qué no tienes bolas”

Ted no pudo responder por el dolor.

“te estoy hablando bastardo”

Con todas sus fuerzas, Tammy tomó un adolorido joven para tenerlo cara a cara. Allí Ted no aguanto más y de forma espontánea se corrió justo frente a ella.

“acaso te corriste ¡ASCO! "

Tammy estaba a punto de darle a Ted el golpe de su vida cuando paró, respiró profundamente y comenzó a marearse.

“ ¿ E.. Estás bien ? ” preguntó Ted preocupado.

“mmmm… ¿Qué es ése olor tan exquisito?….mmm…. ¿Eres tú? ” dijo Tammy casi ronroneando.

Ted no sabía qué hacer Tammy actuaba de forma extraña, lo veía con una pasión y anelo qué jamás creyó verlo en una chica. Con velocidad Tammy rodeó su cabeza con sus manos mientras de su boca salían pequeños jadeos.

“ si, si es tú aliento es tan….. EXIANTE QUIERO PROBARLO ”

“pero de qué…”

Sus palabras fueron cortadas por Tammy qué de golpe le propinó un beso de campeonato, sintió qué su boca estaba siendo devorada por la qué hace poco lo odiaba.

La lengua de Tammy exploraba cada rincón dentro de Ted qué estaba en el cielo, era su primer beso no sabía qué ocurría pero todo eso lo calentaba como jamás estuvo en su vida.

Ted decidió comenzar a meterle mano al enorme culo de la morena, está en vez de negarse decidió seguir su juego y bajo sus manos para acariciar los más de 100 kg de grasa del joven.

Poseídos por la lujuria ambos se fundieron en un frenesí de caricias y jadeos sin perder el contacto de sus labios.

Después del intenso besuqueo Ted notó qué el cuerpo de Tammy empezaba a vibrar, soltaba jadeos más y más fuertes, hasta qué por fin despegó sus labios para soltar un gran gemido.

“OH DIOS…DIOS… AAAAAAAAAAA”

El orgasmo sacudió a la morena tanto que se derrumbó sobre un joven sorprendido.

Para Ted no cabía duda ella se estaba teniendo un orgasmo, todo eso era muy irreal en su primera interacción con el sexo femenino y la hizo correrse con unos cuantos toqueteos, en verdad era una locura.

“ay…eso…. eso fue estupendo…. qué fue….. lo que me hiciste” dijo Tammy recuperando el aliento.

“¿De qué hablas? No te hice nada tú te lanzaste sobre mí como la maldita guarra qué eres”

En vez de enfadarse como siempre pasaba ella soltó un suspiro y puso una tonta sonrisa de oreja a oreja como si le hubieran dicho un cumplido.

“si, si yo hice eso…. es qué cuando olí tú delicioso aliento… mí cuerpo se estremeció… se volvió loco por tú esencia… mí cuerpo está como si tuviera un Ataque.. y..y AÚN SIENTO TÚ AROMA ”

El rostro de Tammy era de total lujuria, lo miraba de arriba a abajo desnudandolo como si fuera el hombre más sexy del mundo y sonreía de forma pícara mientras soltaba largos hilos de saliva.

Allí Ted se dio cuenta de lo que estaba pasando, se había convertido en un Adonyx en ese instante. Las pruebas estaban allí tenía a una candente morenaza como perra en celo suplicando por él.

La presión en sus pantalones era insoportable, tenía su polla de la prisión en qué se encontraba. Al hacerlo un gran trozo de carne con gruesas venas y escupiendo pre-semen emergió, era de al menos 15 cm y pedía con urgencia acción.