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Chapter 5
by MrCaliban2
¿Que hará a continuación Marianna para satisfacer la lujuria del alquimista?
Marianna se masturba en la otomana
Aunque sorprendida por la completa desnudez del alquimista…y por su tremenda tranca, Marianna apenas se siente incómoda por ese hecho. En realidad, está comenzado a disfrutar del hecho de turbar al sexualmente al alquimista, a sabiendas de que, toda la abrumadora exuberancia desplegada ante sus ojos, está fuera del alcance de sus manos. Simplemente, ser capaz ahora de ver el resultado de su juego, divierte y excita a la amazona…aunque quizás esa súbita y desinhibida diversión que surge de su cabeza se debe a la ebriedad inducida por el vino.
“Habladme de vos, maestro Sun. ¿Cómo…OS INTRODUJÍSTEIS…en el mundo de la alquimia?...¿Como…cómo PENETRAIS….sus misterios?”.-Pregunta con rotunda sensualidad la desnuda amazona, mientras desliza sus dedos por sus enormes senos, acariciando lentamente sus pezones con sus largos y sedosos dedos hasta que éstos se yerguen erectos, casi como pulgares.
Marianna oye como el alquimista farfulla su historia, tratando de explicar con algo de coherencia su noble arte…mientras lucha contra su creciente excitación y lujuria, fracasando miserablemente. El hombre tartamudea sin control, imposible de abstraerse de la visión de aquella escultural princesa guerrera sobre su otomana preferida. Pero Marianna no escucha realmente las palabras del maestro Sun. Su mente está concentrada en las enseñanzas tántricas de los monjes y monjas del templo de Khaju-Raho. Una vez siente sus increíblemente erectos pezones perfectamente endurecidos como diamantes en sus melones, sus dedos se deslizan, a lo largo de su firme y cincelado abdomen hasta su vello púbico, acariciándolo suavemente con lentos movimientos circulares, acercándolos más y más hacia su coño.
Los ojos de la exuberante pelirroja admiran la desgarradora y dolorosa turbación del alquimista, cuyo rostro parece una máscara de enloquecida lujuria, cuya polla parece al borde de explotar, completamente amoratada por la acumulación de sangre. A Marianna le resulta increíble que ese sátiro con aspecto de hombre que es el maestro Sun no haya saltado ya hacia ella como un poseso para violarla…o al menos intentarlo. Gime presa de una excitación abrumadora…pero se sigue ateniendo al trato.
“¡Veremos por cuánto tiempo!”.-Piensa la voluptuosa guerrera…empujando un poco más a su presa…introduciendo lentamente sus dedos dentro de su coño, fingiendo plañideros gemidos de placer…estremeciendo de gusto su escultural cuerpo…
Con una lujuriosa sonrisa en sus carnosos labios, Marianna se deleita con la indescriptible turbación del alquimista y su descomunal erección de su enorme verga mientras sus chillidos de placer llenan el pequeño salón. Sorprendentemente, la voluptuosa pelirroja comienza a sentirse excitada a su vez. Será por el vino…o por los gemidos de placer del alquimista…por sus largos y hábiles dedos estimulando su clítoris o por la fascinación sexual que el enorme falo delante de ella despierta en su poderoso cuerpo. Sorprendida e incrédula, pero divertida, siente que está en una carrera por ver quien se corre primero…una competición que la princesa desea perder.
De repente, Marianna siente dos punzadas en sus firmes pechos. Sorprendida, sus ojos se abren de par en par al ver unos pequeños dardos clavados en su carne, cerca de sus enhiestos pezones.
“¿Qué…”.-Grita la princesa, levantándose abruptamente de la otomana, sintiendo como su leve ebriedad y excitación desaparecen repentinamente…reemplazado por un súbito y creciente entumecimiento de sus tetazas…un entumecimiento, siente la escultural guerrera, comienza a extenderse al resto de su cincelado cuerpo desnudo.
“¡Purna nunca pensó que la Destructora de Drax pudiera ser tan lujuriosa como una ramera!”.-Dice una figura femenina encapuchada, vestida con una pesada capa negra que parece haber surgido como una sombra en el marco de la puerta…tan silenciosa como la muerte, ya que la princesa guerrera no la ha oído llegar, aunque quizás estaba tan concentrada jugando con la líbido del alquimista que no se ha percatado en absoluto.
“¿Quién demonios…”.-Ruge Marianna, abalanzándose sobre la pequeña figura de ébano, de apenas metro sesenta y cinco, agarrando la vaina e intentando extraer su enorme y pesada espada de la misma. Sin embargo, su poderoso cuerpo parece debilitarse a cada latido de su acelerado corazón. Sus cincelados brazos apenas logran extraer unos centímetros la hoja de su espada de la vaina…sus esculturales pero ahora temblorosas piernas apenas logran acercarla a su enemiga.
Apenas pudiendo mantenerse en pie Marianna cae, o más bien se derrumba, sobre la figura, agarrándola por sus hombros, luchando por sostenerse en pie. Sin embargo, su pesado, sus poderosas piernas son incapaces de sostener su exuberante cuerpo, doblándose irremisiblemente. Desesperada, sus dedos se aferran a la negra capa de su agresora, pero no logrando su objetivo de sostenerla en pie, aunque arrastran la misma en su caída.
De rodillas, con su envainada espada caída a su lado, aunque bien podría estar a mil kilómetros de distancia, Marianna levanta torpemente su cabeza para ver la identidad de su enemiga. La fluctuante luz procedente del fuego de la chimenea ilumina un pequeño pero musculoso cuerpo que parece cincelado en ónice…un joven rostro de fríos ojos azules…unas rastas negras como el ébano…unos pechos pequeños pero firmemente redondeados y bien formados…y una sonrisa de cruel júbilo y triunfo en sus carnosos labios.
“Lamentablemente para la princesa Marianna, Purna no está interesada en follar con la princesa…”.-Se burla la joven de ébano, agarrando a la paralizada amazona pelirroja por el cuello y, fácilmente, levantando su cabeza a la altura de sus crueles ojos.-“La mujer de negro solo está interesada en matar a la Destructora de Drax. La princesa Arianna paga bien por matar a su hermana, la princesa Marianna”.-Confiesa Purna, la mujer de negro, la asesina de ébano.-“Y el veneno con el que Purna ha envenenado a la princesa pelirroja y su lujuria harán el trabajo para Purna!.”.-Se burla crípticamente la asesina.-“¡Lo…lo pag...pagare…is….”.-Murmura Marianna, paralizada, apenas capaz de hablar.-“Purna no lo cree así. Purna sabe que los venenos del alquimista son excepcionalmente eficaces….como sus trampas.”.-Sonríe la joven de ónice, mirando al excitado alquimista. Marianna mira con desprecio al traicionero maestro Sun…y maldiciéndose así misma por comportarse como una vulgar concubina en vez de cómo una guerrera.
“¿Pue…puedo….?.”.-Pregunta el pérfido alquimista a la asesina. Purna sonríe, comprendiendo los deseos del excitado hombre.-“Purna dice que merecen una pequeña compensación por tus…servicios.”.-Acepta la asesina. Casi saltando como una fiera, el cachondo sátiro se sienta encima del firme abdomen de la indefensa guerrera, plantando su desmesuradamente erecto falo entre los enormes orbes de suave y cálida carne de su pecho, para, seguidamente, agarrarlos con sus manos y deslizarlos con frenesí sobre su desproporcionada virilidad.
“N…No….por…por…”.-Intenta suplicar, avergonzada y humillada, la princesa guerrera, consciente de que está completamente indefensa, a merced del pervertido alquimista y la letal asesina de ébano. Pero ésta sonríe, mientras desliza sus largos y sedosos dedos al interior del húmedo coño de la voluptuosa y condenada amazona.-“La princesa Marianna no puede ofrecer nada a Purna a cambio de su vida. Así que la princesa Marianna morirá.”.-Replica la oscura mujer de negro, estimulando con frenesí y habilidad el ya excitado clítoris de la guerrera pelirroja.
“N…n…oooo….”.-Gime de desesperación e indeseado placer la princesa, sintiendo como su paralizado cuerpazo, zarandeado y ultrajado sin piedad por la polla del maestro Sun y los dedos de Purna es dirigido a un extasis que intuye, la matará.
En pocos segundos, siente el explosivo orgasmo de la verga del alquimista…siente su cálida y viscosa semilla derramándose entre y por encima de sus inmisericordemente manoseadas tetazas mientras sus lujuriosos chillidos de placer taladran sus oídos y su mente.
Y pocos segundos después, sus propios y ahogados gemidos de éxtasis se unen al coro cuando su propio cuerpo es el que se estremece violentamente en un indeseado pero inevitable orgasmo gracias a la experta masturbación de aquella vil joven de ónice, que ríe maliciosamente mientras siente los sensuales estertores de Marianna, sintiendo como su corazón se para poco a poco, mientras sus ojos aletean con una expresión de vergüenza e incredulidad.
Y un minuto después, sus estremecimientos cesan, al igual que sus gemidos de placer...al igual que su corazón. Sus ojos verdes están abiertos de par en par, congelado su bello rostro en un rictus de placer e incredulidad, como resistiéndose a creer que ella, la princesa Marianna, pudiera morir de un modo tan infame, tan vergonzoso, mientras, sobre ella, el depravado alquimista continua cabalgando con lujurioso frenesí el enorme busto de la princesa muerta.
Exultante, Purna, desenvaina uno de sus kris, y, acercándose a su rostro, corta un mechón de la pelirroja melena de la voluptuosa guerrera, como prueba de su éxito. A continuación, ese mismo kris sale disparado hacia el cuerpo del traicionero alquimista, envainándose profundamente en su hígado.-“Ni Purna ni la princesa Arianna pagan a traidores…”.-Murmura la asesina, extrayendo nuevamente su kris, y permitiendo que el alquimista muerto caiga sobre el muerto objeto de su lujuria.
Satisfecha, Purna abandona el salón, dirigiéndose al dormitorio del alquimista. Aun queda noche por delante y no tiene intención de enfrentarse a La Ronda. Una noche de sueño reparador le vendrá bien…y quizás sueñe con qué facilidad y de qué modo tan humillante derrotó a la poderosa princesa guerrera Marianna de Thanigar, la Destructora de Drax.
Fin de la historia (¿O no?)
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Marianna la Destructora
Barbarian 3: Aventuras de la princesa bárbara Marianna de Thanigar en busca de su malvada hermana, la princesa Arianna.
Aventuras de la princesa bárbara Marianna de Thanigar en busca de su malvada hermana, la princesa Arianna.
Updated on Dec 3, 2020
by Abugh1235dryj
Created on Jan 22, 2016
by MrCaliban2
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