Lo consigue

Todos los asesinos pararon de inmediato. Todos menos músculos que siguió penetrando a Heidi. Kate no podía creerlo. Estaba apuntándoles con un arma, y el energúmento seguía violando a su hermana, haciendo que sus pechos se balancearan descontroladamente de alante atrás. Tirando de ella con ambas manos a cada nueva embestia. La joven no podía soportarlo más. Nunca antes había disparado un arma en su vida. Ni siquiera había pensado en hacerlo. Ahora no pudo aguantar más. Apretó el gatillo intentando dar a Músculos. No se paró a pensar donde iba a darle, simplemente disparó. La bala pasó rozando el hombro del mercenario, consiguiendo arrancarle un pequeño grito de dolor. Kate casi perdió el arma por la fuerza del retroceso, pero consiguió sujetarla. Al mismo tiempo, Heidi caía al suelo al librarse de aquellas manazas.

El disparo fue un punto de inflexión. Todos sabían que Kate no era buena tiradora. Tampoco lo necesitaba en un espacio cerrado. Con abrir fuego de nuevo, a lo loco, acabaría dándole a alguien.

Catherine fue la primera en reaccionar, tal vez porque su tormento había sido menor. Se levantó y llegó corriendo hasta Heidi. Ambas estaban traumatizadas, pero no había mucho tiempo. Ayudó a levantarse a su amiga mientras Dana también se incorporaba, dando una coz a Cuchillo para quitárselo de encima. La policía quería llegar hasta las otras armas, pero se dió cuenta que todos los asesinos llevaban al menos una pistola más encima. Kate estaba demasiado nerviosa, apunto de entrar el pánico. No podían perder tiempo.

-¡Corred!- gritó mientras se dirigía a su joven amiga. -¡Vamos fuera!,¡vamos!

Ninguna se paró a plantearse si era buena o mala idea. El miedo y la esperanza se mezclaban, haciéndolas decidir sin pensárselo dos veces.

Las cuatro salieron corriendo por la puerta. Heidi y Catherine estaban desnudas, Dana tenía el camisón rasgado y las manos atadas a la espalda. Kate sujetaba la pistola con manos temblorosas.

Dentro de la cabaña, Cerebro se acercó a la ventana. Sus presas escapaban. Alguien había cometido un error al no atar a "la bella durmiente". Observó cómo intentaban abrir el coche sin ningún éxito. No llevaban las llaves encima, y aunque las llevasen, Músculos lo había inutilizado. Al final se perdieron de vista en el bosque. Había varias horas hasta el pueblo más cercano, y eso por el camino. Aún podían alcanzarlas.

-Caballeros, esto se ha convertido en una cacería.

Las cuatro corrían entre los árboles. Heidi tenía problemas para seguir el ritmo. Tanto ella como Catherine seguían llorando sin control.

Kate sostenía el arma con manos temblorosas. Iba la primera. Las demás la seguían en sus erráticos cambios de dirección. Es evidente que no tenía ni idea de hacia donde iban.

Dana tenía más problemas para correr con las manos atadas a la espalda, así que se iba rezagando un poco. Catherine se dió cuenta. También notaba cada vez más dificultad para cargar con Heidi. No sabía cuanto tiempo llevaban corriendo, pero le pareció suficiente. Gritó para que parasen. Tampoco podían seguir corriendo así. Por lo que sabía, era normal correr en círculos cuando se hace de noche. Era un momento duro, pero tenían que pensar un poco. La cabeza podía ser la única ventaja con que la que contasen.