La princesa acepta combatir cuerpo a cuerpo contra Purna

Marianna mantiene la lujuriosa mirada de su oponente durante largos segundos. Luego, aprovecha para observar su cuerpo debajo de la capa y estimar su fuerza. De pechos pequeños, la menuda asesina parece musculosa bajo la capa...además de rápida, como ha comprobado al perseguirla por los callejones de Annun. Pero la princesa pelirroja también es rápida y fuerte...y más grande que ella. La voluptuosa guerrera sonríe con confianza. Ha podido vencer a asesinos, guerreros y monstruos más poderosos que aquella menuda mujer.

"Bien, Purna. Peleemos...".-Dice Marianna, flexionando ligeramente sus poderosas piernas y brazos, extendiendo sus manos como dagas, de la misma manera como se ha enfrentado a los musculosos hermanos Stix. Lentamente, comienza a girar alrededor de la asesina oscura, la cual no adopta ninguna actitud ofensiva u ofensiva.-"¿Y bien?".-Pregunta la princesa, acercándose más y más a su presa.
De repente, con un suave y grácil movimiento de sus brazos, Purna los extiende hacia la voluptuosa princesa guerrera y sendos dardos, salen del interior de sus mangas. Sorprendida, Marianna no puede evitar que esos proyectiles se claven sobre su enorme y redondeado pecho izquierdo y en su escultural muslo derecho.-"¿Que dem....".-Exclama Marianna, sintiendo de inmediato como su atlético cuerpo comienza a entumecerse.

"¡Purna no puede creer que la Destructora de Drax sea tan ingenua!".-Exclama exultante la asesina, regodeándose en los fútiles intentos de la tambaleante guerrera pelirroja para extraer su enorme espada de su vaina mientras avanza, arrastrando sus pies, hacia ella.

"T....te mat...mat...".-Farfulla Marianna, sintiendo su voluptuoso cuerpo cada vez mas débil y entumecido, como atenazado por la fría garra de la muerte. Mareada, arrastrando sus pies, tambaleante, la princesa guerrera consigue llegar hasta la pequeña asesina de ébano mientras su cruel risa de satisfacción taladra sus oídos. Alargando torpemente sus manos hacia su cuello, la Destructora cierra sus dedos en torno a este...sin fuerza alguna.

"Purna está sorprendida. Nadie había aguantado tanto dos dosis de los aguijones de Purna".-Exclama la asesina, retirando suavemente los dedos de Marianna alrededor de su cuello. Privada de su apoyo, la guerrera pelirroja comienza a deslizarse hacia el suelo cuando sus otrora poderosas piernas se doblan ante el insoportable peso de su voluptuoso cuerpo.

Purna sonríe, disfrutando de la sensación que le proporcionan los enormes pechos de la princesa al acariciar su propio torso y sus piernas...de la debilidad de sus brazos y manos intentando en vano agarrarse a su musculoso cuerpo en vano, consiguiendo solo acariciar su satinada piel.

En segundos, la poderosa princesa Marianna está de rodillas, indefensa, con sus brazos, fláccidos, colgando a lo largo de su voluptuoso torso, con su pelirroja cabeza apollada casi entre las piernas de Purna.-"Lo siento, Destructora. Purna no está interesada en que la chupes el coño...".-Dice Purna burlonamente, empujando, con las manos en sus hombros, el cuerpo inerte de la derrotada guerrera, que cae pesadamente al polvoriento suelo de la plazuela.

Lentamente, Purna pone su pie derecho sobre el gran pecho izquierdo de la guerrera pelirroja en gesto de triunfo.-"Purna te ha derrotado, princesa Marianna.".-Exclama la asesina de ébano, deleitándose con la mirada de miedo e incredulidad que ve en los ojos de su derrotada enemiga.-"Y ahora, Purna te matará...porque Purna siempre cumple su palabra...".-Añade la asesina mientras que, de debajo de su manga derecha, aparece un afilado kris.

Después de disfrutar unos segundos más con la mirada de miedo y angustia en los ojos de la derrotada princesa guerrera, Purna lanza un poderoso tajo contra la unión central de las escamas de su armadura, desprendiendo ésta y exponiendo los enormes pechos de la guerrera pelirroja ante sus lujuriosos ojos.-"A Purna le gustan las tetas de la Destructora...".-Dice la asesina con lujuria, arrodillándose al lado de Marianna, y clavando el kris cerca de la cabeza de la derrotada guerrera, para, a continuación, poner sus manos sobre sus enormes tetazas, estrujándolas con deleite.

"A Purna le gusta este veneno. Primero, paraliza a la presa de Purna...pero no la mata hasta que Purna la excita hasta el orgasmo...".-Explica la asesina nubia mientras sus dedos comienzan a acariciar los rosáceos pezones de Marianna, los cuales, poco a poco, comienza a ponerse duros y erectos ante las hábiles caricias de los sedosos dedos de la asesina.

"N....n.....no......".-Consigue murmurar Marianna, pero Purna la acalla con un lujurioso lubrico beso en su boca, la cual es invadida sin piedad por la juguetona lengua de la asesina, mientras sus carnosos y suaves labios estimulan los suyos propios con un placer que rara vez la princesa ha sentido, y mientras, sin piedad, sus manos siguen manoseando como arcilla sus enormes orbes de carne.

A su pesar, Marianna siente como su entumecido e inerte cuerpo comienza a estar sexualmente excitado. No puede evitarlo. La lujuria de Purna, sus sensuales labios, sus suaves manos...el contacto de su cuerpo contra su propio cuerpo...comienzan a estremecer de placer su carne, humedeciendo su sexo poco a poco, pero de un modo inevitable. Un leve gemido de placer brota de su sometida boca.

"Purna se da cuenta que la Destructora comienza estar ya excitada.".-Sonríe la asesina rompiendo su lujurioso beso.-"Deja que Purna te excite del todo...".-Añade, guiando su mano izquierda, a lo largo de su liso y tenso abdomen hasta su lubricado coño. Lentamente, los sedosos dedos de Purna acarician el vello de su monte de Venus para, poco a poco, acercarlos hasta sus labios vaginales, acariciándolos lentamente.

Purna ríe cuando siente nuevos estremecimientos en la carne de la otrora poderosa princesa guerrera, cuando escucha los ahogados jadeos de placer que, en vano, Marianna intenta contener en su garganta.-"Purna dice que es hora de morir, princesa Marianna".-Ríe Purna hundiendo los dedos dentro de su húmedo coño, acariciando con frenesí su interior, su clítoris, con una sensualidad enloquecedora.

Los ojos de Marianna están cubiertos de lágrimas, sintiendo como su cuerpo es conducido al éxtasis que la matará, según Purna. Su voluptuoso cuerpo se estremece de placer más y más mientras que de su boca, sus gemidos son ya incontrolables. Avergonzada y vencida, la voluptuosa princesa cierra sus enturbiados ojos verdes.

Segundos después, siente como una mano aplasta sus mejillas, forzándola a abrirlos de nuevo.-"No, princesa Marianna. Purna quiere que veas el rostro Purna mientras te mata...mientras mueres...".-Sisea al asesina de ébano, clavando sus fríos ojos en los de la guerrera, aumentando el frenesí de sus dedos en su coño.

Y finalmente, de modo súbito, el atlético y voluptuoso cuerpo se estremece brutalmente cuando su sexo explota en el orgasmo, en un orgasmo letal mientras un chillido de placer abandona por última vez sus sensuales labios. Purna ríe sintiendo los sensuales estertores de Marianna, observando cómo sus ojos aletean de placer, sintiendo como su corazón se para poco a poco.

Y un minuto después, sus estremecimientos cesan, al igual que sus gemidos de placer...al igual que su corazón. Sus ojos verdes están abiertos de par en par, congelado su bello rostro en un rictus de placer e incredulidad, como resistiéndose a creer que ella, la princesa Marianna, pudiera morir de un modo tan infame, tan vergonzoso.

Exultante, Purna, cogiendo nuevamente su kris, corta un mechón de la pelirroja melena de la voluptuosa guerrera, como prueba de su éxito.-"Purna siempre cumple su palabra.".-Dice la mujer de negro, levantándose del casi desnudo cuerpo de su oponente para internarse a continuación, como una sombra en el laberinto de callejones de Annun, dejando detrás de ella, el ultrajado cadáver de Marianna la Destructora.