La princesa Marianna desenvaina su espada...

Marianna mantiene la lujuriosa mirada de su oponente durante largos segundos. Luego, aprovecha para observar su cuerpo debajo de la capa y estimar su fuerza. De pechos pequeños, la menuda asesina parece musculosa bajo la capa...además de rápida, como ha comprobado al perseguirla por los callejones de Annun. Pero tambien evalua lo que no ve debajo de la capa..o lo que pueda tener oculto en sus mangas. Además, a pesar de su mirada lujuriosa, la princesa también ha visto la traición en los verdes ojos de la asesina de ébano.

En el parpadeo de un ojo, Marianna desenvaina su espada larga, casi un mandoble, haciendo sisear ominosamente el metal en su funda. La mirada de Purna cambia de inmediato, al ver el metal del arma reluciendo tenuemente ante la luz de la incipiente luna llena que cae sobre la plazuela.

"Creo que Purna es una mujer traicionera...".-Dice la voluptuosa princesa pelirroja, mientras realiza fácilmente varios molinetes con su pesada espada.-"...así que si Purna quiere seguir viviendo, Purna me dirá lo que la Destructora quiere saber.".-Añade Marianna, adoptando una posición de combate con su arma, preparada para cualquier ataque que pueda venir de su oponente.

"Está bien...De acuerdo. Purna se rinde a la Destructora....".-Dice la asesina, mientras con un suave y grácil movimiento de sus brazos, Purna los extiende hacia la voluptuosa princesa guerrera como gesto de rendición...pero, un segundo después, sendos dardos, salen del interior de sus mangas hacia la guerrera pelirroja.

Aunque Marianna ha visto antes este truco, eso no hace para ella más fácil esquivar los mortíferos dardos. Sin embargo, casi por instinto, consigue bloquear uno de ellos con la hoja de su espada y esquivar, por milímetros, el segundo de ellos, sintiendo como éste acaricia su melena pelirroja.

Lanzando un poderoso grito de guerra, Marianna se lanza contra Purna. Sus esculturales piernas impulsan el voluptuoso cuerpo de la guerrera pelirroja como una flecha...sus enormes pechos botan salvajemente en su pecho, que apenas pueden ser contenidos dentro de la escueta armadura de escamas metálicas que los cubre y protege.

En un segundo, la princesa pelirroja está sobre su enemiga, descargando un golpe con el canto de su arma contra la cabeza de Purna, ya que la quiere viva...de momento. Por contra, el salvaje grito de batalla de la voluptuosa guerrera parece despertar de su parálisis a la asesina de ébano, la cual finalmente adopta una posición defensiva. Y cuando la espada de Marianna se acerca a su cabeza en un golpe descendente, sendos kris aparecen como por arte de magia de debajo de las mangas de Purna y, cruzándolos sobre su cabeza, consigue bloquear, por poco, el terrible golpe de la guerrera.

Aunque fuerte y musculosa, la mujer de negro no puede superar en esta ocasión la desventaja de su altura...y el hecho de que Marianna, aunque no es tan musculosa, es mucho más fuerte de lo que parece. Sus piernas de ébano de doblan sin remisión mientras sus cincelados brazos de ónice tiemblan por el esfuerzo de contener el poder desatado de la voluptuosa Destructora de Drax. Purna es temible como asesina...pero no es una guerrera de la talla de la princesa pelirroja.

Con una fuerte patada de su pie derecho, Marianna rompe el empate de la situación, lanzando a Purna dos metros hacia atrás. Su duro y redondeado culo aterriza duramente en el polvoriento suelo de la plazuela, y mientras lucha por recuperar el resuello, arrancado brutalmente por la patada de su enorme adversaria, observa como la voluptuosa pelirroja se abalanza de nuevo sobre ella. Casi por instinto, la mujer de negro lanza su kris izquierdo contra Marianna.

La guerrera pelirroja ve el gesto del lanzamiento del afilado kris y apenas es capaz de desviarlo con el filo de su arma. Siente como el filo corta un mechón de su melena y huele un peculiar aroma dulzón.-"Indudablemente, esos kris están envenenados.".-Piensa Marianna, lanzando nuevamente el canto de su espada contra la cabeza de la asesina de ónice. Sin embargo, ésta consigue rodar sobre su cuerpo, evitando el golpe. Y con un fluido movimiento, ponerse nuevamente en pie.

"No puedes vencerme, Purna. ¡Ríndete ya!".-Ruge Marianna, observando como los fríos ojos azules de la asesina de ébano observan su voluptuoso cuerpo y sus movimientos, intentando encontrar una debilidad que aprovechar.

De repente, unos siniestros cánticos comienzan a sonar a lo largo del laberinto de estrechas callejuelas, unos cánticos que empiezan a estremecer de un miedo irracional el atlético cuerpo de la princesa. Sin embargo, mantiene gran parte de su atención sobre la traiciones asesina de ébano.

"Lo sientes. ¿Verdad, Destructora de Drax?. Porque Purna también los siente. Son La Ronda. Los dueños de la noche de Annun...los portadores del miedo y la muerte.".-Dice Purna, con una nota de miedo en su voz.

Marianna ahora comprende la sensación de miedo que ha tenido al recorrer los callejones, la ausencia de lugareño alguno en ellos. Sabe que lo que dice Purna ahora es cierto; puede ver el miedo incluso en sus fríos ojos azules.

"Purna dice que el contrato de Purna puede esperar. Si no colaboramos, Purna y la Destructora moriremos.".-Dice la asesina, ofreciendo una tregua en su combate.