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Chapter 6 by frankmartin1518 frankmartin1518

Quien será el nuevo anfitrión del simbiote?

Daniela

Esta humana es interesante.

Imágenes de una chica surcaban por la mente del simbionte. Era alta, delgada, palida, de pelo negro, ojos celestes, con pechos pequeños pero con un culo grande y redondo. Iba a clases de baile, hecho que podía justificar su estilizada figura, y era la mejor de su clase, pero su pación principal era la psicología. Vivía con su novio, pero en el último tiempo estaban peleados y ella se encontraba sola en su casa. Perfección.

Salió volando por la ventana con el abrigo de la noche encima. Pocos fueron los minutos que tardó en llegar hasta su casa. El cuerpo que estaba poseyendo era bastante ágil, por unos momentos el simbionte sintió pena por Andrea, pero ya había decidido.

Se colocó en una ventana y observó dentro con mucha cautela. Allí estaba. Pese a ser muy tarde ella se encontraba practicando una coreografía en lo que parecía ser su pequeño estudio privado de danza. El sudor en su cuerpo mojando tanto sus calzas grises como su remera musculosa blanca que únicamente cubría hasta el principio de su obligo provocaban cierta excitación en el simbionte. Tenía que poseerla prontamente.

De repente un nuevo tema comenzó a sonar. Los niveles de volumen que poseía estaban causando ciertos malestares en el extraterrestre, sabía que eso del baile iba a tener que irse una vez estuvieran juntos.

Lo que no se percató fue que aquél daño provocado había conseguido despertar a Andrea que observo a todos lados nerviosa.

"Qué está pasando? Donde estoy?" pronunció dentro del traje mientras sentía como sus manos se despegaban de la pared.

Si el simbionte no hubiera actuado rápidamente enviando un tentáculo a adherirse contra la pared ella ya estaría en el suelo hecha puré.

Tranquila, no pienso quedarme contigo mucho más tiempo. Solo te estoy utilizando para llegar a ella.
"Daniela?" consultó confundida observando a su amiga.
Quiero que ella sea mi nueva anfitriona.
"Tu... eres la masa negra que llevé a casa. Cómo terminamos aquí?"
Tu indecisión me hizo comprender que no eres digna de mi poder, por lo que me escapé y, utilizando tu cuerpo, encontré a esta chica que tiene mejores prospectos para crear al ser perfecto.
"Yo... no entiendo nada."
Lo único que tienes que entender es que, si quieres mantenerte con vida, lo mejor que puedes hacer es ayudarme a llegar a ella. Andrea comenzó a sentir cómo el tentáculo se separaba de la pared poco a poco. Una caída desde aquí no me produciría nada, pero a ti te mataría, así que... qué dices?

Miró hacia abajo encontrándose con la extensa caída que le esperaba. El miedo se incrementaba en su interior.

"T-t-t-t-e ayudaré, pero por favor no te sueltes."
Eso es lo que quería oír.

Utilizando su cuerpo el simbionte comenzó a trepar hasta llegar al techo y terminaron entrando por la puerta de servicio. Llegaron hasta la puerta del apartamento de la chica. Antes de tocar el timbre la masa negra se transformó en un top negro y unos pantalones largos.

"Andrea? Qué haces aquí?" consultó Daniela sorprendida al ver a su amiga a aquellas horas de la madrugada una vez abrió la puerta.
"Perdón, es que necesitaba hablar con alguien." fingió cierta tristeza "Y quien mejor que mi amiga la futura psicóloga para esto."
"Entonces pasa, pasa. Dame unos minutos que me baño y me cambio y..."

La pelinegra se estaba por retirar del lugar, pero la mano de Andrea la detuvo.

"No, yo... no tengo ningún problema en como estas y también necesito contarte de mi situación urgentemente."
"Esta... bien...?" la miró extrañada y luego le señaló una parte de la casa "Por acá."

Ambas caminaron varios pasos hasta llegar a uno de los clásicos sillones de psicólogos.

"Eso es nuevo."
"Si, me llegó ayer. Tu vas a ser la primera en probarlo."

La portadora del simbionte se recostó y su mirada quedó fija contra el techo.

"Ahora dime. Qué problema tienes?"

Andrea podía sentir cómo el simbionte se removía dentro de ella. Sabía que ya casi era libre.

"Ayer en el bosque encontré algo, y ahora ese algo está dentro mío."

Daniela observaba curiosa, no podía comprender de que estaba hablando.

"Qué es?"
"No lo se, pero puedo sentirlo en mi cabeza, hablándome."
"Y qué te dice?"

Andrea intentó concentrarse, eso le permitió conectar un poco más con el simbionte que comenzó a mostrarle información. Él lo hacía a propósito, quería mostrarle lo que se iba a perder por su lentitud.

"Es una criatura... de otro planeta..." la pelinegra la veía sumamente confundida, a estas alturas creía que su amiga había estado consumiendo algo, así que decidió que le iba a seguir el juego hasta llegar al verdadero motivo de sus problemas "Quiere dominar este mundo, pero no de la forma tradicional. Es mas ingenioso que eso. Y está buscando una reina."
"Una reina?"
"Si, quiere a alguien que le pueda dar lo que yo no pude."
"Y qué es eso?"
"Sexo." gritó con una doble voz.

De repente la ropa de Andrea se transformó en una masa negra que se arrojó sobre Daniela como si fuera una ola gigante. La pelinegra intentó hacer algo pero, era tal la magnitud de lo que estaba pasando, que solo pudo observar como era devorada por el simbionte.

Mientras tanto, la desconexión entre ambos estaba causándole algo a Andrea, no podía entender muy bien qué era, pero le dolía, no quería que el simbionte se fuera de ella.

Daniela abrió los ojos para darse cuenta que se encontraba en una especie de vacío. Su corazón latía apresuradamente. No comprendía que estaba ocurriendo, pero sabía que no era algo bueno.

No tienes que temernos. una voz retumbó en todo el lugar No queremos hacerte daño.
"Quien eres?"
Soy un simple simbionte en medio de una simple misión.
"Buscar una reina..."
Exactamente y, para tu buena fortuna, tu eres la indicada.
"Pero yo no quiero esto."
Estás segura? de repente unos tentáculos comenzaron a emerger del suelo Déjame mostrarte algo.

Uno se incrustó en la parte de atrás del cuello de Daniela y unas visiones comenzaron a aparecer en su mente. Eran imágenes de un planeta que no era el suyo. En él había pequeñas criaturas peleando como animales salvajes. De repente, uno de ellos se encuentra con lo que parecía ser una masa negra que estaba viva. Al entrar en contacto la oscura criatura se unió con el pequeño transformándolo en un ser grande e imponente. Se acercó a sus compañeros y comenzó a violarlos uno por uno, transformándolos en más como él los cuales repetían el mismo proceso. Eran un ejercito de maquinas sexuales. La cosa siguió hasta que no quedó más que una orgía de criaturas extraterrestres. Ya no había violencia, solo... sexo.

"Qué es todo esto?"
Esto, es una utopía. No más violencia, no mas hambre, no más problemas, solo placer. Es una utopía que voy a replicar en este planeta de la cual tú podrías ser la figura más importante.
"Y por qué quieres hacer esto?"
Soy un hacedor de paz, es mi misión. Tu deberías comprenderme mejor que nadie ya que ese es tu trabajo. Intentas con todas tus fuerzas ayudar a otros para que sus problemas se solucionen. Y ahora estoy aquí para brindarte la oportunidad de que puedas cumplir con tu misión.
"Yo..."
Qué dices si te doy una pequeña muestra?

Más tentáculos se hicieron presentes y comenzaron a desnudar a Daniela que observaba todo sin poder hacer nada más que dejarse llevar por la situación.

Cuando la primera masa negra hizo contacto con la vagina de la pelinegra esta soltó un grito de placer extremo. No podía creer que algo así pudiera causar tanto placer. Entraba y salía cíclicamente sin bajar la intensidad ni por un segundo. Podía sentir como su mente se iba olvidando de todos sus problemas como la separación de su novio y solo quedaba el placer.

De repente la sensación se detuvo y el tentáculo se retiró. Instintivamente la chica quiso tomarlo nuevamente para ponerlo en su concha, pero logró controlarse con bastante dificultad.

Entonces?

Daniela observó su cuerpo sudado y tembloroso y su vagina que chorreaba para luego mirar a su alrededor a todos los tentáculos que se habían hecho presentes. Había tomado su decisión.

"Si."

Se extendió de brazos aceptando todo y fue bombardeada por hilos y hilos de simbionte que la tomaban por todos lados para luego adherírse a ella brindándole una cantidad de placer indescriptible.

Afuera Andrea podía escuchar los gritos y gritos de placer de su amiga. Fueron esos momentos en los que se preguntó si había hecho lo correcto dejando ir al simbionte.

Luego de unos minutos toda aquél mar de oscuridad se fue transformando hasta dejar una figura con características femeninas. Andrea observó sorprendida la imponente que se alzaba delante de ella. Músculos enormes, gran altura, una boca con dientes afilados y una larga lengua y unos ojos blancos.

"Daniela?" consultó preocupada.

El monstruo la miró para, luego de unos segundos, regalarle una sonrisa.

"No... ¡Venom!" rugió complacida.

Qué pasará ahora?

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